La policía sudafricana disparó balas de caucho el viernes para dispersar a miles de habitantes de un barrio desfavorecido de Johannesburgo que manifestaban tras la muerte de dos niñas, encontradas violadas y estranguladas en un baño público.
"Bloquearon el paso y tiraron piedras a la policía que entonces disparó balas de caucho para dispersar a la multitud", precisó Lungelo Dlamini, vocero de la policía, sin aclarar si había heridos. Numerosos policías antidisturbios permanecen en el lugar.
La policía había anunciado el arresto de cinco sospechosos del crimen.
"El quinto fue arrestado esta mañana" anunció Dlamini, mientras que los otros cuatro comparecerán ante el juez. "Serán procesados por secuestro, violación y muerte" añadió el vocero.
El funeral de las víctimas, dos primas de 2 y 3 años que desaparecieron el sábado pasado, tendrán lugar mañana temprano.
El barrio de Diepsloot alberga familias pobres de diversas nacionalidades en condiciones precarias de promiscuidad y miseria. Las viviendas no poseen ni agua ni servicios sanitarios.
La violencia contra las mujeres y los niños es uno de los desafíos de Sudáfrica. Más del 50% de los crímenes contra los niños son agresiones sexuales, según los datos nacionales 2010-2011 citados por UNICEF.
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