Una semana decisiva para la paz en Ucrania se abre este lunes, con la reanudación de las primeras negociaciones de paz en tres meses entre el gobierno y los rebeldes, y la entrada en vigor de una tregua en el oriente prorruso.
De momento se mantiene la incertidumbre sobre la fecha de inicio de las negociaciones. Algunos invitaron a los negociadores a reunirse el martes, aunque otros esperan comenzar el fin de semana.
El sábado, el presidente ucraniano Petro Poroshenko anunció un "acuerdo de principio" para una nueva ronda de negociaciones el martes en Minsk, la capital de Bielorrusia.
El objetivo es tratar de poner fin a la contienda iniciada en abril entre el gobierno ucraniano y los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, que desde entonces se ha cobrado más de 4.300 muertos según la ONU.
Varios dirigentes de la autoproclamada República Popular de Donetsk han pedido que se posterguen estas conversaciones al viernes, para dejar tiempo a "solucionar algunas cuestiones militares y relativas al intercambio de prisioneros".
"Nosotros participaremos en las negociaciones, pero queremos estar mejor preparados", explicó a la AFP Andrei Purguin, presidente del Parlamento de la República Popular de Donetsk.
Estas negociaciones buscan reactivar el proceso de paz iniciado a comienzos de septiembre en Minsk, donde participaron dirigentes rebeldes, representantes ucranianos y rusos y responsables de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Las conversaciones coinciden con la entrada en vigor el martes de una nueva tregua en el este, confirmada por ambos bandos y que, de ser respetada, permitirá el retiro de las armas pesadas del frente y la creación de una zona tapón.
Las autoridades ucranianas exigen también la anulación de las elecciones separatistas que tuvieron lugar el 2 de noviembre en los territorios controlados por los rebeldes. Previsiblemente será uno de los puntos más litigiosos.
Poroshenko dijo el lunes que los acuerdos pactados en septiembre pasado en Minsk, que dieron lugar a una tregua incumplida, son la "base de una solución pacífica" del conflicto.
También convocó una reunión del grupo de contacto sobre Ucrania, del cual forma parte la OSCE, "lo antes posible".
Los observadores se muestran prudentes debido a que en ocasiones anteriores los protagonistas no respetaron los acuerdo pactados.
En Donetsk, bastión de los rebeldes prorrusos, los bombardeos, centrados en el aeropuerto, continuaron hasta la noche del domingo.
En las zonas rebeldes prorrusas, once civiles murieron en los combates durante el fin de semana.
Sigue el pulso entre Rusia y Occidente
En el plano diplomático continúa el pulso entre Rusia y los países occidentales.
La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, acusó a Rusia de "causar dificultades" a sus vecinos, en primer lugar a Ucrania.
Merkel, por la cual el presidente ruso Vladimir Putin tiene un gran respeto, defendió también las sanciones occidentales contra Rusia, diciendo que era la "buena" solución a pesar de las consecuencias económicas negativas en los países europeos.
Merkel actúa en coordinación con el presidente francés François Hollande, que el sábado se reunió en el aeropuerto de Moscú con Putin con el objetivo de restablecer el diálogo entre ambos países.
Un equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI) viaja a Kiev el martes para analizar la situación con el nuevo gobierno, que afronta una situación económica bastante negativa.
El FMI, que prometió una ayuda de 27.000 millones de dólares a Ucrania, exige a cambio una serie de medidas muy impopulares, como la subida de las tarifas energéticas y una disminución del gasto social.
Los nuevos ministros de Economía y de Finanzas de Ucrania, el lituano Aivaras Abromavicius, y la estadounidense Natalie Jaresko, prometieron "métodos radicales" para cumplir con la política exigida por el FMI.
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