Los separatistas prorrusos derribaron el domingo un caza ucraniano en el este del país y Kiev denunció la incursión de un convoy con lanzacohetes desde Rusia, horas antes de una reunión de urgencia entre los cancilleres ucraniano y ruso en Berlín para rebajar la tensión.
Mientras tanto, la ayuda humanitaria rusa destinada a las poblaciones del este de Ucrania, donde el ejército se enfrenta a los insurgentes prorrusos, seguía bloqueada el domingo en la frontera.
A pesar de un acuerdo cerrado el sábado entre Kiev y Moscú sobre las modalidades de la inspección del convoy ruso, a cargo del Comité Internacional de la Cruz Roja, ésta no se había iniciado.
La violencia seguía sacudiendo la región de Lugansk, donde se espera que llegue esta ayuda humanitaria.
Un avión de caza ucraniano MIG-29 fue derribado por los separatistas "tras haber realizado bien su tarea y liquidado a un grupo de terroristas", explicó a la AFP Leonid Matiujin, portavoz de la operación militar ucraniana en el este del país. El piloto fue eyectado y está a salvo, añadió.
El ejército ucraniano recuperó también de manos de los separatistas una comisaría de la policía de su bastión de Lugansk.
Afirmó también que Rusia introdujo en Ucrania tres lanzacohetes múltiples Grad desde su territorio y denunció diez violaciones del espacio aéreo por parte de aviones sin piloto rusos.
Estos incidentes aumentan un poco más la tensión de cara al encuentro previsto este domingo al final de la tarde entre los cancilleres ruso, Serguei Lavrov, y ucraniano, Pavlo Klimkin, y sus homólogos alemán (Frank-Walter Steinmeier) y francés (Laurent Fabius).
La reunión se había convocado para tratar de controlar la tensión después de que Kiev anunciara el viernes haber "destruido" en parte una columna de blindados rusos.
La introducción de esta columna en Ucrania vista por periodistas británicos y confirmada por Kiev provocó una oleada de reacciones indignadas en Occidente.
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