Por: Antoine LAMBROSCHINI
Las elecciones legislativas en Túnez son "esperanzadoras" para todo el mundo árabe a pesar de las amenazas yihadistas, declaró este sábado a la AFP el primer ministro tunecino, Mehdi Joma, la víspera de estos comicios cruciales para la estabilidad del país.
"Sabemos que esta experiencia está amenazada [por grupos extremistas], ya que es única en la región y esperanzadora", declaró a la AFP durante una inspección de las fuerzas de seguridad y de la logística electoral en el noreste de Túnez.
La transición democrática de este país del norte de África tras la revolución de 2011 "es el contraproyecto de esta gente, de estos grupos, que saben que el éxito de esta experiencia es una amenaza para ellos, no sólo en Túnez sino en toda la región", añadió.
"Pido a todos los tunecinos que voten masivamente porque es un día muy importante para la historia política de Túnez, y que no tengan miedo por las amenazas porque los terroristas tienen el objetivo de impedir las elecciones, la creación de una democaracia, de un Estado de derecho", declaró este sábado el ministro de Defensa, Ghazi Jeribi.
Desde la revolución, Túnez ha vivido el auge de grupos yihadistas, autores de ataques que han matado a decenas de miembros de las fuerzas de seguridad. Se espera, por tanto, el despliegue de unos 80.000 policías para vigilar los comicios.
La campaña por las legislativas ha sido gris en su conjunto -las esperanzas revolucionarias de muchos tunecinos se vieron frustradas tras la Primavera Árabe-, pero pacífica.
El sábado y el domingo, los partidos no pueden hacer campaña. Según los analistas, dos formaciones son favoritas: los islamistas de Ennahda, que gobernaron el país entre 2012 y principios de 2014, y sus mayores adversarios de Nidaa Tounès, un partido heteróclito que reúne tanto a antiguos opositores del ex dictador Ben Ali como caciques de su régimen.
Más de 5,3 millones de electores pueden votar para elegir con sufragio proporcional a 217 diputados.
La comisión encargada de organizar las elecciones ya ha anunciado que probablemente no podrá anunciar los resultados en la noche del domingo.
Las principales fuerzas políticas ya han vaticinado que ninguna formación podrá gobernar sola, porque el sistema proporcional que rige estos comicios favorece a los pequeños partidos.
"Creo que será un Parlamento fragmentado", reconoció Mohsen Marzuk, un dirigente de Nidaa Tounès que prevé que Ennahda y su partido se repartan unos 150 escaños, mientras que los demás diputados serán de una multitud de pequeños aprtidos con los que habrá que negociar para formar gobierno.
La participación es una de las mayores incógnitas, ya que muchos tunecinos están decepcionados con las batallas políticas que retrasaron las elecciones durante dos años.
Ennahda, que tuvo que dejar el poder a principios de 2014 tras un 2013 marcado por una crisis política, el asesinato de dos de sus opositores y varios ataques yihadistas, ha asegurado que quiere formar un gobierno de consenso, sin descartar una alianza con Nidaa Tounès.
El gran partido secular, que se presenta como la única alternativa a Ennahda, y que a menudo ha sido descrito como un grupo antidemocrático, también prevé formar una coalición si vence y tampoco ha cerrado la puerta a una alianza con los islamistas.
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