Tal es el título de un artículo de El Universal, en el día de hoy. Se cubría en esta forma el informe sobre el plantón realizado en la Plaza de la Aduana y que congregó a gran número de personas, en protesta contra la “ideología de género” que supuestamente quiere implementar el Ministerio de Educación.
Desde luego que la biblia está en el lugar equivocado cuando se trata de un mitin político en un país que constitucionalmente se declara aconfesional. Se requiere ser consecuente en sus opciones. Colombia se va dando sus leyes por consenso democrático, sin que puedan intervenir las convicciones religiosas de sus legisladores, por más justas que ellos puedan considerarlas.
Son las razones que se pueden aglutinar alrededor del concepto de dignidad humana, las que le pueden dar consistencia a una ley amparada por la Constitución colombiana.
Llevar las convicciones religiosas al debate político acarrea funestas consecuencias para la democracia que es el ámbito en el que nos movemos. No es necesario recordar las guerras de religión para caer en la cuenta del peligro que encierra esta dimensión humana, tan noble y tan peligrosa.
Nombre:Álvaro
Apellidos:Gutiérrez
Cédula:1.138.579 de Santa Rosa de Viterbo.
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