En la edición 195 del periódico Gente – Bahía (Período: Del 21 al 27 de Enero de 2015) se informa por parte de la DIMAR que el predio de la familia González Porto es privado y no de uso público y menciona aspectos de la tradición del predio y de cómo muy a pesar de que tiene características de bien de uso público, es propiedad privada. Yo personalmente, nunca he pensado lo contrario y jamás he puesto en duda, la legalidad de un predio en el cual la familia González Porto ha habitado por alrededor de 50 años, de manera lícita y al amparo de la ley. Creo que el debate abierto en días pasados, sobre la construcción de un edificio de 35 pisos en dicho predio, no se debe centrar en el tema de la legalidad o ilegalidad de los títulos de propiedad, sino que muy a pesar de que cumpla con todos los requisitos de propiedad privada, el Distrito tiene la opción y la potestad de declararlo de utilidad o de interés público, para llevar a cabo en él obras de interés general, que beneficien a toda la ciudad y no proyectos que sólo beneficien a un grupo de inversionistas privados, a costa de perjudicar a toda una comunidad. El perjuicio no es sólo para los residentes de BOCALA, sino a toda la población flotante que diariamente llega a éste sector a trabajar, provenientes de todos los barrios de la ciudad y además a todos los foráneos nacionales y extranjeros, que tienen propiedades en éste sector o que son simples turistas, a los cuáles la ciudad debe brindarles garantías de todo tipo, durante su estadía en nuestra ciudad.
Si bien es cierto que en los actuales momentos, no existe un proyecto que el Distrito haya planeado ejecutar en dicho predio, para nadie es un secreto que llevar a cabo una obra, cómo el planeado edificio, estrangularía aún más la escasa movilidad de salida del barrio, sobre todo por encontrarse ubicado, justo en el sector donde el tráfico de salida se tropieza con el cuello de botella que todos conocemos. En caso que el Distrito decida en un futuro, después de la aprobación del PEMP y la actualización del POT, usar ese y los predios vecinos para darle continuidad a la avenida Chile o para construir una calzada adicional de salida hacia el centro y al resto de la ciudad, deberá comprar los predios a los propietarios de lotes afectados por el proyecto, al valor justo que tengan los bienes inmuebles, en el momento de la expropiación, tal cómo se hizo con cantidad de predios en la Av. Pedro de Heredia, para llevar a cabo las obras de Transcaribe. Con lo anterior no se perjudica en nada a los actuales o futuros propietarios de los lotes y la ciudad se beneficia mejorando la movilidad, que actualmente está colapsada. Quizá los únicos que se van a sentir afectados, son los promotores e inversionistas que se arriesgaron en un proyecto, que desafortunadamente para ellos, la comunidad no ve con buenos ojos y que ya se ha pronunciado en contra del mismo, en forma categórica y lo seguirá haciendo, en defensa de los intereses generales. Pienso que en ningún caso se está actuando de mala fé para perjudicar a nadie. La comunidad no está interesada en causarle ningún tipo de perjuicio económico a los inversionistas. Que finalmente se vean afectados en el evento que no se cristalice su proyecto, no es por culpa de la comunidad, sino de ellos mismos que se embarcaron en un proyecto, que por las consecuencias negativas que conllevaría su construcción, se cae por su propio peso, porque contra la razón no se pelea. Y como dice el sabio refrán muy conocido por todos, el bien común prima sobre el bien particular.
La construcción de un edificio de 35 pisos en ese predio, es tan inconveniente, que además del daño irreparable e irreversible que le causaría a la movilidad a futuro, también durante la etapa de construcción (que calculo sea de 3 años), se va a armar un caos vehicular cuando comiencen a circular camiones, tractomulas, mixers, bombas concreteras para los suministros de la obra y en general para toda la logística que requiere una obra de esa magnitud. Seriá un calvario para los residentes y visitantes transitar por el sector durante ese período, dado que es el punto mas complicado del tráfico en todo el barrio.
Estoy seguro que si el proyecto fuera en otro sitio en donde no se afectara la comunidad, nadie se opondría a su construcción. Aquí el problema es su ubicación y nada más. Creo que los promotores se equivocaron de buena fe, al no tener en cuenta el daño que le harían a la ciudad con su proyecto. Hago un llamado a los promotores e inversionistas, a reflexionar y reconsiderar sobre el tema, dado que ellos mismos y sus potenciales compradores, se van a perjudicar y lo peor es que sobre sus hombros recaerá todo el peso de la responsabilidad moral y el rechazo social. Por el contrario en caso de renunciar a su construcción, tendrán el agradecimiento de todos. Han habido muchos proyectos que nunca se concretaron, por causas diversas y de menor trascendencia. Este sería uno de tantos….. son gajes del oficio de la libre inversión.
Nombre:Luis
Apellidos:Dáger
Cédula:73.073.361 de Cartagena
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