Columna


11 más

PEDRO CAVIEDES

18 de abril de 2015 12:00 AM

El título de mi columna puede sonar cruel, pero lo pongo no por mí sino por lo que al parecer representan para el gobierno de Juan Manuel Santos, los soldados asesinados por las FARC. 11 más. Una simple cifra. Pero gracias a la cual, en un acto que cualquier despalomado tildaría de heroico, el Presidente de la República ordenó que se reactivaran los bombardeos sobre esa pandilla de bandidos.

Yo me pregunto, ¿no será que de no haberlos suspendido, estos 11 héroes estarían vivos? Contra la enfermedad y el tiempo no hay quien pueda. Pero cuando una muerte es violenta, el dolor, el luto, el desespero, la tristeza, la rabia, el vacío, la nostalgia, el miedo, la angustia, se multiplican, y flotan como una nube sobre los familiares, que quizá solo encontrarán algo de sosiego en la justicia, en el castigo que recibirán los que le hicieron daño a sus seres queridos.

Duele decirle a esos familiares que lo más seguro es que en este caso tampoco tendrán ese consuelo. Los principales artífices de la masacre de sus padres, esposos e hijos, están campantes en una hermosa isla caribe, semidestruida por una dictadura comunista, pero de aquella destrucción de todas formas no se enteran ellos, que viven como reyes. Y no la habrá tampoco una vez salgan de la isla, porque esos señores, cumplida la negociación de la que se encargan en La Habana, todo parece indicar que les serán entregados a su antojo cargos de elección popular. Y cero días de cárcel.

¿Cómo es posible que el Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares de Colombia, el señor presidente de la República, fuera capaz de dejar como carne de cañón a los soldados que defienden su patria? Aparece en los noticieros diciendo que lo que quiere parar es eso, pero ¿tomaría las mismas medidas si la que estuviera en juego fuese su vida o la vida de sus hijos? 11 madres lloran hoy a sus hijos. 9 madres más de hijos heridos se agarran de la esperanza y luchan contra el desasosiego.

Si todos los colombianos valemos igual, ¿por qué cuando se secuestró un general, se suspendieron los diálogos, y ahora que masacraron soldados, tan solo se reactivan los bombardeos? Esto no es un juego de póker. Tengan la sensibilidad suficiente para darse cuenta de que hay vidas humanas en juego.
Buscando la paz para acabar con los muertos, dicen del Gobierno. Que yo sepa en el gobierno de Uribe, atacando con orden y disciplina a esos terroristas, se acabaron las masacres. Y se acabaron los secuestros, y el miedo, y la agonía.

Yo al presidente Uribe le veía el mismo dolor, la misma rabia, la misma angustia y el mismo desespero, si le tocaban a un soldado raso que si le mataban a un sargento. Eso es un presidente.

Paz en la tumba de nuestros 11 héroes caídos, y toda la fuerza y valentía a sus familiares.
Colombia está con ustedes.  

pedrocaviedes@gmail.com
 

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