Columna


Acuerdo Agrario III - Institucionalidad

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

19 de octubre de 2014 12:02 AM

 ¿Cómo se emprenderá la reforma rural comprometida en La Habana? Una preocupación son los recursos. ¿Cómo se pagará la lista de buenos propósitos? Al final del documento el Gobierno se compromete vagamente a asegurar financiación, pero las Farc exigen que “lo concerniente al compromiso por parte del Gobierno de financiación (…) será discutido al llegar al último punto de la Agenda”. Hoy no se ven los recursos por ninguna parte.

La segunda tiene que ver con un revolcón institucional “al estilo Farc”, con más populismo que gerencia. Se habla de nuevos instrumentos e instancias nacionales, todos excluyentes, pues desaparece la política pública para la mediana y la gran producción, y se impone un desenfocado componente de “participación comunitaria” en toda la institucionalidad.

Es un asunto de fondo. La democracia descansa en la participación, pero a través del sufragio y el control social, mas no en los procesos de formulación y decisión de las políticas públicas, para los que la sociedad delega en el Legislativo y en sus gobernantes. La participación ciudadana se resuelve en el voto responsable y en mecanismos eficaces de veeduría, pero no en una administración de “cabildo abierto”.

Reemplazar el Estado de derecho por uno “comunitarista” es el camino del vecindario, para concentrar poder en quien tiene capacidad de controlar a las “comunidades” con dinero, con favores, con populismo o por temor.

El país conoce lo que ha representado para el desarrollo la consulta a comunidades manipuladas políticamente. Pero ese riesgo no parece importar, porque esa “institucionalidad comunitaria” no se concibe para el sector financiero o la gran industria, sino para el sector agropecuario, por cuyo control parece haber la mayor obsesión. 

El gremio ganadero lleva años solicitando el fortalecimiento del ICA y el Invima para lograr acceso sanitario a los mercados. Desde que nació Incoder denunciamos que ese Frankenstein de instituciones que no sobrevivieron a la corrupción y la inoperancia, tendría los mismos defectos. Desde que murió la Caja Agraria para resucitar en Banco, reclamamos que se trataba de otra lavada de cara para enterrar pasados de corrupción, y que iba a perder su vocación de fomento.

Fuimos “regañados” por señalar que el crédito es insuficiente y no consulta la realidad productiva. Desde que Corpoica se escindió del Ica, esperamos esa gran institución de investigación y asistencia, pero seguimos envidiando a entidades como Embrapa de Brasil. Hemos reiterado que los retos de la restitución no se resuelven con una endeble “Unidad” adscrita al MADR, y por eso propusimos, inclusive, hasta un ministerio “pro tempore”.

Después de décadas nada ha cambiado y, ahora, como por ensalmo, todo será posible. No vemos respuestas en el documento, pero hacemos votos porque así sea, pues, de lo contrario, la recuperación del campo y la paz se verán otra vez embolatadas.

*Presidente Ejecutivo de Fedegán

josefelixlafaurie.editoriales@fedegan.org.co
@jflafaurie

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