Columna


Agua o petróleo

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

03 de noviembre de 2017 12:00 AM

La producción petrolera de Colombia va en franca desmejora, al punto que las reservas se agotan a pasos de gigante. Tanto que los 1.650 millones de barriles que tiene probadas alcanzarían solo para 5,1 años, y las de gas para 11 años.

Por eso, la tecnología del fracking para explorar pozos no convencionales es considerada como una solución.

Sin embargo, los ambientalistas la califican como un serio riesgo para las fuentes de agua, y según ellos, podría causar microsismos y otros perjuicios en las zonas de explotación.

En la desesperación por aumentar la producción y las reservas de petróleo, Colombia se ha dejado seducir por la idea de explotar sus yacimientos no convencionales de hidrocarburos, que incluye la fractura hidráulica o fracking.

El fracking permite extraer crudo tras romper mantos rocosos a gran profundidad utilizando potentes taladros con agua a alta presión mezclada con aditivos químicos, cuya toxicidad es lo que preocupa a los ecologistas.

Pese a los beneficios que se plantean, Camilo Prieto, presidente de la ONG Movimiento Ambientalista Colombiano, pide que el fracking se aplace hasta tanto se defina una reglamentación para proteger las fuentes hídricas.

Advierte que Colombia sería el primer país del planeta que realizaría esta técnica de explotación petrolera en las cordilleras sin tener en cuenta que el 70% del agua proviene de los páramos.

Numerosos estudios científicos internacionales muestran que no solo hay riesgos ambientales, sino problemas de salud pública.

La razón por la que el fracking se prohibió en el Estado de Nueva York es porque hay una posible relación entre la alteración endocrinológica y potenciales malformaciones.

Países como Alemania, Francia y otros Estados prohiben esta técnica, a la vez que muchas otras naciones la tienen en moratoria.

Por eso es un equívoco que Colombia insista en desarrollar esta tecnología para explorar y explotar hidrocarburos.

¿Por qué se quiere asumir más riesgos, sabiendo que el fracking lo han prohibido en varios países y por qué el tema económico tiene que primar frente a derechos fundamentales, como el derecho al agua y el medio ambiente sano?

La invitación a los candidatos presidenciales, alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y a todos, es que asumamos que cada uno puede contribuir a proteger el agua del planeta y a disminuir los riesgos del cambio climático.

Alertamos a los candidatos al Congreso sobre los nuevos retos que enfrentamos en la nueva etapa que se abre para esta lucha social en torno al agua como bien público y común. Sin agua no hay vida, y este es uno de los retos de los partidos alternativos.

*CUT BOLÍVAR

COLUMNA SINDICAL
cutbolivar@gmail.com

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