Como uno de los directores de la campaña ‘Petro presidente’ en Bolívar por parte de la Convergencia Unitaria y replicándole en su lugar, debo responderle al señor Miguel Yances Peña su columna en este diario en la que escribe un artículo difamador contra nuestro candidato, señalándolo de demagogo y populista.
Con la ciencia concentrada en mi neocortex cerebral y no en las emociones e instintos hipotalámicos; esa ciencia que se basa en la prueba, debo refutarle y ajustarle a liberales y conservadores, con el disfraz que ahora se coloquen, sus propias definiciones sobre demagogia y populismo.
Con demagogia y populismo es que liberales y conservadores han dirigido los destinos de Colombia, unidos a la violencia y represión. Las pruebas están en las 4 estrategias del programa de Misael Pastrana; en el Mandato Claro, de López Michelsen; el Movimiento nacional del cambio, de Belisario; en la Revolución en Marcha, de Gaviria; y así sucesivamente hasta nuestros días.
Es decir, los presidentes liberales y conservadores que han dirigido al país solo han realizado demagogia, populismo y represión. ¿Acabaron con la pobreza o la han combatido? No señor, han acabado con los líderes que aspiraban construir un nuevo país y quienes también fueron señalados como demagogos y populistas: Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro y hasta Álvaro Gómez, quien decía: “El problema es el régimen”.
Mientras Gustavo Petro plantea una política de desarrollo capitalista real, con emprendimiento empresarial y trabajo; democratización del mercado para que los mas pobres participen de su principal ley, la de oferta y demanda; para una mejor distribución del ingreso y establecer un patrimonio, la oligarquía colombiana y sus gobiernos siguen solo ofreciendo subsidios a las más altas pensiones, al gran capital nacional y transnacional, y de manera perversa, para mantenerlos en la pobreza, Familias en acción, con niñitas embarazadas a las que les dicen que vayan por su incentivo.
Les molesta que Petro, con la ciencia en la mano, sin poder refutarle una sola tesis de su programa, trabaje por un gobierno que no necesite subsidiar como forma predominante de gobierno, sino, que los pueblos vivan trabajando y vivan del sudor de su frente. Eso les causa terror porque libera la mente y en consecuencia la voluntad de los pueblos hoy sometida al mejor postor.
El columnista en mención realiza la acción aquella del ladrón que grita: Ahí va el ladrón!
Y así, confunde y se escapa.
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