Eran aproximadamente las dos de la tarde, cuando recibí, una llamada de un amigo, me dijo “tuve un accidente”, una moto me golpeó el carro por detrás, resultaron levemente heridos, el conductor y el pasajero, al instante me insistió, estoy rodeado intimidantemente por varios mototaxistas, me culpan del accidente, sin que hubieran presenciado los hechos.
Le pregunté qué estás haciendo, me contestó “le estoy explicando a los mototaxitas solidarios que no he tenido la culpa, pero no oyen, insisten que soy el responsable”, puntualiza el amigo. Me dice “vengase para el lugar”, en efecto, me dirigí al lugar del accidente, allí estaba la autoridad de tránsito, realizando el respectivo croquis, igualmente, llegó la grúa, los vehículos fueron inmovilizados en un parqueadero destinado para tal fin.
Luego, en compañía del propietario del vehículo, y por indicación del agente de tránsito, nos dirigimos a la clínica, allí estaban los lesionados. Mi amigo conversó con ellos, el conductor de la motocicleta reconoció su culpa, aceptó que se había distraído, así se consignó en escrito de transacción, pero señaló, que no tenía dinero para pagar los pequeños daños del vehículo y otros gastos.
La conciliación realizada con el conductor del vehículo le fue informada y acreditada a las autoridades de tránsito, verbal y por escrito, con el objeto de facilitar la entrega de vehículo, porque las partes renunciaron a presentar acciones judiciales y se declararon a paz y salvo. El tránsito, no ordenó la entrega, dijo que eso competencia exclusiva de la Fiscalía. Esta ordenó la entrega del vehículo sin demora, pero trascurrieron 17 días de parqueo a razón de 23 mil pesos diarios.
A estos y otros riegos estamos expuestos, porque la ciudad de Cartagena tiene múltiples problemas, los cuales se han ido agravando por culpa de la indiferencia de muchas administraciones. El mototaxismo es uno de ellos, que afecta y sigue poniendo en peligro la vida de los mismos mototaxistas, pasajeros, peatones y conductores de vehículos públicos y privados, y si a ello se le suma que ese medio es utilizado por un grupillo de delincuentes para matar y robar, el asunto, reviste suma gravedad.
Este medio de transporte y de empleo, ha prendido las alarmas, al punto, que en una nota publicada en este periódico, titulado, “la tragedia de las motos”, señaló que a juicio del jefe de ortopedia de un hospital, “La relación de los accidentes es directamente proporcional a la cantidad de motos”, además de permitirles ver “de todo” en lesiones: amputaciones, desfiguraciones y gente parapléjica”.
Estos peligros, son consecuencia de la injusticia socioeconómica, del estado de necesidad que ha condicionado a estas personas a utilizar ese medio como forma de subsistencia, a costas inclusive de sus propias vidas y de poner en peligro la vida, la integridad, el patrimonio de mucha gente.
El mototaxismo, sino se toman acciones, llegó para quedarse, primero por cuanto es el resultado de la inequidad de este, el sexto país más desigual del mundo, de un alto índice de desempleo, así el DANE diga lo contrario, porque garantiza mínimos ingresos, y porque es sistema de transporte masivo, práctico y puerta a puerta.
Señor alcalde Manuel Vicente Duque, su administración ha heredado problemas estructurales pero le corresponde iniciar el proceso para planificar y ejecutar soluciones en muchos frentes. La protección de la vida, la integridad personal es prioritaria. El mototaxismo, elimina la vida, la tiene en constante amenaza, por ello, es imperioso entonces tomar medidas coyunturales y otras que ataquen integralmente el problema, sin demora.
Es forzoso que su administración, inclusive con el concurso del gobierno nacional, inicie el proceso para volver las cosas al estado anterior, para que por lo general, el uso de las motocicletas deje de ser sistema de transporte público masivo y se convierta en lo que siempre ha sido, medio de trabajo (mensajería y similares), medio de transporte individual entre otros.
Profesor –alcidesarrieta.
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