Columna


Alcaldía atípica

REBECA GONZÁLEZ DE LEÓN

03 de julio de 2013 12:00 AM

REBECA GONZÁLEZ DE LEÓN

03 de julio de 2013 12:00 AM

Lo que ha ocurrido en esta campaña política ha sido penoso. Los señalamientos y las denuncias van y vienen. La candidata María del Socorro Bustamante no ha podido quitarse la sombra de “la gata”, periodistas y ciudadanos la cuestionan por ello, por más que ella se empeñe en negarlo, verla apoyada del hijo de Enilce López, quién es senador, aumenta las sospechas de la cercanía de Bustamante con la empresaria del chance en Bolívar.Por otro lado, Dionisio Vélez, quién se muestra como el “cambio” y el salvador que necesita la ciudad, porque según él “ahora sí” se va a hacer todo los que no se hizo en las anteriores administraciones, viene rodeado y acompañado de la clase política tradicional que tanto daño le ha hecho a La Heroica. Sobre todo de ciertos concejales que llevan muchos años haciéndose elegir y que poco trabajo se les ha visto por Cartagena. A este candidato también la prensa lo cuestiona por el apoyo que vendría recibiendo posiblemente de un personaje como Vicente Blel.
Cartagena de Indias es una ciudad azotada por la corrupción y la ineptitud administrativa, es por eso que sus obras no avanzan. Necesitamos un alcalde que no esté dispuesto a “hipotecar” la ciudad a las casas políticas y mafias que con clientelismo y burocracia buscan mantener su poder.
Nuestros colegios no están en buen estado, la deserción escolar aumentó, la inseguridad también, las calles llenas de huecos, los puentes-todos- rotos, lo anterior solo para nombrar algunos de nuestros innumerables problemas. Entonces pregunto: ¿un alcalde que llegaría al poder eventualmente a “pagar favores” recibidos en campaña, tendrá tiempo, cabeza, y presupuesto para resolver lo que aqueja a nuestra ciudad?
Yo entiendo que las campañas políticas no se hacen solas, y se requieren acompañamientos, sin embargo les aconsejo a los actuales aspirantes a la Alcaldía de Cartagena que revisen bien su lista de amigos, porque no se les ve bien rodeados. También sé que en política las campañas son poesía y los gobiernos, prosa. Por eso le pido a los candidatos que dejen de prometer aquello que en este corto período no van a poder cumplir.
No estoy optimista con lo que viene en esta alcaldía atípica. Pero no pierdo la esperanza de que algún día el equilibrio llegue a esta ciudad. Que los corruptos todos estén en la cárcel, los pobres ya no sean pobres, y los cartageneros aprendan a tomar decisiones. Confío en que algún día el argumento de muchos de ustedes dejará de ser: “pienso votar por el menos peor”. Confío ver a una ciudadanía más activa y denunciante.
Cartagena pide a gritos una administración distrital proactiva, honesta y seria.  Cartagena de Indias necesita un líder que la “inyecte” de cultura ciudadana. No un alcalde que cuando se acabe su período termine con una medida de aseguramiento. Casos se han visto.
Ya está manos del próximo alcalde, cómo quiere escribir la historia y cómo quiere ser recordado. Espero que eso le importe a los actuales candidatos, de lo contrario, seguiremos en este círculo vicioso de administraciones caracterizadas más por escándalos que por sus buenas obras.

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