Columna


Alcaldía, en sus cien días

JUAN FRANCISCO CONRADO OVALLE

30 de abril de 2016 12:00 AM

Comienzan las primeras evaluaciones de la administración distrital en cabeza de Manuel Vicente “Manolo”Duque Vásquez, y se toma como referente sus primeros cien días de gobierno. No es una valoración cuantitativa, contabilizando los días transcurridos desde cuando tomo posesión como primera autoridad del Distrito.

De los primeros cien días debemos recordar que dicho concepto, a pesar de su origen europeo, viene siendo referenciado con mayor énfasis desde 1933, cuando asumió en Estados Unidos la presidencia Franklin Delano Roosevelt, en medio de la gran crisis o depresión de los años treinta, adoptando medidas que mostraron un nuevo talante de gobierno, generando confianza en diversos sectores de la sociedad, para superar las dificultades económicas y sociales de la época, de allí que al inicio de cada gobierno comienza por evaluarse por lo que muestre en los primeros 100 días.

Al realizar el balance de la administración de Manolo Duque, debemos empezar con la conformación de su gabinete, donde se aprecia el predominio y afianzamiento del  sistema clientelar, lo cual es un indicio muy diciente de que seguirán las costumbres enquistadas la política local, donde secretarios designados rinden cuenta y siguen más las orientaciones de sus postuladores o padrinos que las indicaciones del propio alcalde.

Otro aspecto preocupante es el mutismo que ha guardado sobre cómo recibió la administración de su antecesor, sobre todo en el aspecto financiero y de contratación. La ciudadanía tiene todo el derecho de conocer el estado del ente distrital y el gobernante la obligación de informar oportuna y fidedignamente.

En estos cien días de Manolo Duque la percepción en gran parte de la ciudad es que sobre los problemas más sentidos no se han tomado de manera oportuna las acciones o plan de choque para encontrar soluciones integrales, la sensación de inseguridad en la ciudad es creciente: homicidios, atracos y enfrentamientos entre jóvenes integrantes de pandillas son cada vez más incontrolables. En educación no se perciben estrategias para lograr la calidad adecuada.

La administración distrital, ocultando debilidades, centró su estrategia de comunicación en cortinas de humo o distractores con poco impacto en el bienestar de la gente, como el ascenso del Real Cartagena o la sede de los Juegos Nacionales de 2018, que tuvieron una atención prevalente, mientras familiares cercanos al alcalde, como José Julián Vásquez, se ha convertido y funge de articulador de muchas acciones de gobierno. El desencanto comienza a percibirse, adoptar correctivos es imperativo, en esa ruta Cartagena no va hacia el progreso anhelado.
*Ing. Industrial, Consultor Empresarial
Jconrado51@yahoo.com

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