Ampliar la base del IVA es una manera eficiente de aumentar el recaudo tributario. Por eso se propone extenderlo a canasta familiar, lo que produciría unos $15 billones anuales según Minhacienda, a los que habría que descontar unos $2 billones de la compensación para los más pobres.
Sin embargo gravar la canasta familiar es regresivo e iría en contra del objetivo del presidente Duque de una ley de financiamiento que permita un sistema tributario más equitativo. Aun suponiendo que se superen las dificultades logísticas para compensar a los más pobres, el mayor impacto sería para los vulnerables, esa nueva clase media sin subsidios pero que apenas subsiste con ingresos un poco superiores a 2 dos salarios mínimos.
En vez de ampliar la base del IVA hacia abajo, hay que ampliarla hacía arriba, a bienes y servicios que solo compran los privilegiados que, de nuevo según el presidente Duque, deben pagar más impuestos. Una forma muy eficiente de hacerlo es imponer IVA a casi todas las ventas de inmuebles, hoy excluidas.
La Reforma del 2016 abrió esta puerta al establecer un IVA del 5% a las ventas de vivienda nueva con valor superior a unos $900 millones. Fue un primer paso en la dirección correcta, que debe ampliarse: uno, elevando la tarifa; y dos, aplicándolo a otras compraventas de finca raíz.
La tarifa del 5% es muy baja comparada al promedio de la OECD, cuya mayoría grava las ventas de vivienda con la tarifa general del IVA (de 19% hasta 25%); solo algunos países imponen una tarifa menor, tales como España e Italia (10%); mientras Chile las grava con la misma tarifa general (19%). Así debería ser en Colombia.
Debe ampliarse a todas las compras de bienes inmuebles excepto la vivienda VIS y VIP. El gobierno pasado pensó en imponer el IVA a la venta de oficinas, bodegas y locales comerciales, pero se echó para atrás sin justificación para esta excepción.
También deben gravarse las transacciones de inmuebles usados, pues excluirlos da una utilidad no justificada a los propietarios actuales, pues el efecto de gravar los inmuebles nuevos será el de incrementar los precios de todo el inventario de inmuebles del país. En España se grava con el mismo IVA toda venta de inmuebles, así sea la tercera o cuarta transacción.
Este IVA debe aplicarse a las compraventas de terrenos rurales y urbanos. Es un impuesto a la tierra que permitiría capturar parte de las enormes valorizaciones, con la ventaja que solo se aplica al vender, de manera que el contribuyente tiene la liquidez para pagarlo.
Esta ampliación del IVA es muy fácil de recaudar en las notarías, y si se supone que aplicaría solo a la mitad de las transacciones de finca raíz en el país, podría generar unos $10 billones anuales. Hay que controlar la evasión al declarar los predios por un valor inferior al comercial, pero hay mecanismos para hacerlo.
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