Sin duda 2012 se destacó para Colombia por el comienzo de los diálogos de Paz. Desafortunadamente no han debatido el deterioro ambiental, la deforestación, el uso sostenible de los recursos naturales, no se ha mencionado la recuperación de los bosques, de nuestras cuencas hidrográficas.
Tenemos la riqueza inmensa de la Amazonía, de la que solo se conoce el 10%. Si no se toman en cuenta en el diálogo, no habrá de verdad “reconciliación”. Se pasará del control político al control del agua.
Otro aspecto que incide en nuestra paz es a “crisis humanitaria”. Tenemos más de 3 millones de desplazados, la mayor parte mujeres, niños y afrocolombianos. No se les respetan sus derechos sociales, económicos y culturales. Luego está el desempleo, aunque hubo este año una ligera mejoría, pero se mantiene alrededor del 15% y los que lo tienen se angustian por llegar a perderlo. La desnutrición es alarmante, 2.000 niños colombianos mueren de hambre cada día.
La pobreza impacta; 45% de pobres y 17% de indígenas son 62% de los colombianos, con poca esperanza de vida digna. Hay por otra parte una inmensa concentración de la propiedad de la tierra: el 1,4% posee el 39,55 % de la tierra. Lo mismo que la falta de techo, la discriminación de todo tipo, especialmente contra los afrocolombianos.
Otro aspecto de nuestra crisis social y “humanitaria” es la deficiencia en el servicio de salud. Sobre esto último podemos decir que existe un sistema de salud basado en el negocio de las multinacionales, en el tráfico de medicamentos, en sobornos. Es necesario utilizar la medicina de plantas, la homeopatía, la que no posea toxinas.
A lo anterior podemos sumarle los niños vinculados a las armas, que llegan ya a 5.014. Aun en medio de las conversaciones de paz, durante el año hubo 32 masacres con 150 muertos. La inseguridad cunde por los rincones de Colombia. Durante el año que termina se hubo 57 muertos por balas perdidas.
Y además, está la “corrupción”: hay en el país más de 200 jueces corruptos. Es un escándalo el caso de “Interbolsa”, que no ha entregado contabilidad, adeuda hasta a sus abogados. 70 empleados piden salarios atrasados, sus ejecutivos no pagaban impuestos y se hallan citados a la Fiscalía.
No podemos pasar por alto la confección de la “Ley de víctimas”, que ha de ayudar a la verdadera “reconciliación”. Pero la aprobación en la Cámara del “fuero militar” es un espaldarazo a las FFAA, pero va en contra de las ONG que defienden DDHH. Tampoco debemos pasar por alto el acontecimiento negativo, diplomáticamente, para nuestro país: después de 43 años de espera, aceptamos la sentencia del Tribunal de La Haya.
El caso “Petro” merece un enunciado aparte por la improvisación en la elección de su gabinete, sus limitaciones técnicas (formas de recolección de basuras). Se espera que en 2013 se obtenga la “revocación de su mandato”. No podemos dejar por fuera el sonado caso del general Santoyo, quien pasó de la guardia de la Casa Nariño a prisión en EEUU.
De una conversación entre el Presidente y el Fiscal General de la Nación, se saca en limpio que falta más control, que la sociedad debe desempeñar su papel y salir al ruedo y darle más importancia a la familia y a la educación.
efraldana@yahoo.com
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