Columna


Apertura de relaciones de Cuba y Estados Unidos

RICARDO VÉLEZ PAREJA

19 de enero de 2015 12:00 AM

Nadie lo esperaba, pero los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Cuba, Raúl Castro, restablecieron las relaciones entre ambos países y abrirán embajadas. Ese día La Habana liberó al contratista estadounidense Alan Gross, detenido desde 2009, como parte de un intercambio de prisioneros. La Casa Blanca difundió esta nueva realidad que sorprendió a todos. Falta que el Congreso de USA apruebe todo.

Obama dijo que “…los 50 años (de embargo) han demostrado que el aislamiento no funciona” y que se van a “empezar a normalizar las relaciones”, con un llamado al Congreso de Estados Unidos para trabajar en levantar el embargo, que no se ha dado.

Por su parte, Raúl Castro afirmó que “esta decisión del presidente Obama merece el respeto y reconocimiento de nuestro pueblo” y agradeció las gestiones de Canadá y, sobre todo, del papa Francisco para lograr el acuerdo.

Agregó que los tres presos cubanos liberados por Estados Unidos ya están en Cuba. Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Gerardo Hernández fueron trasladados allí por agentes de Estados Unidos, informó el Departamento de Justicia. Hay otros liberados pero parece que ya  habían cumplido sus penas.

No obstante, insistió en que sigue pendiente el embargo de USA a Cuba, y exhortó al gobierno de Obama a “remover los obstáculos que impiden o restringen los vínculos mutuos. Obama y Castro han tenido reuniones telefónicas para concretar los acuerdos sobre esta decisión”.

Todo eso está muy bien pero el problema de la Revolución es que pasaron cincuenta y cinco años durante los cuales se cercenó y reprimió varias tímidas protestas contra la terrible falta de libertades económicas y políticas en la isla y apenas ahora hablan de la posibilidad de la libertad de empresa en una sociedad en donde se vive en la rigidez de un régimen económico opresivo, socialista, dictatorial y planificador centralista.

Se demuestra así el fracaso económico de la revolución y si antes había la gran zafra azucarera, ahora será la educación privada en valores y con la posibilidad de que cualquiera puede crear su propia empresa o negocio y el estado asociarse con empresas privadas nacionales o internacionales.

Todos deseamos que este país que amamos –lo he visitado ocho veces– salga del subdesarrollo y entre en el crecimiento económico y la prosperidad.

Hay una gran expectativa sobre esta bella isla que a pesar de la dictadura familiar de los Castro, no perdió sus bellezas naturales. Todos deseamos mucha prosperidad y que jamás se pierda la belleza de sus mujeres y la sabrosura del son, el ron y el vacilón de ese heroico y alegre pueblo.

Nota: Ojalá le suene la flauta al presidente Juan Manuel sobre el tan anunciado cese bilateral del fuego con las FARC. Es lo que queremos los colombianos.
*Columnista
rvelezpareja@yahoo.com.co
 

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