Pocas veces la televisión, esa caja mágica para cuando no tenemos nada qué hacer, nos traía tantas noticias, buenas y malas para captar nuestra atención. Todo pareció venir con la crisis en la frontera, donde expulsaron de Venezuela cientos de colombianos, violando los derechos humanos el régimen represivo de Nicolás Maduro.
A pesar del abrazo de cuatro presidentes en Quito para la foto oficial, las cosas no parecen mejorar, y mientras los cancilleres analizan cada compromiso, nuestros nativos salen de Venezuela llevando al hombro escaparates, mesas, sillas, y otras pertenencias. Las familias se vieron divididas y padres e hijos sufrieron el dolor de alejarse de otros compatriotas.
Luego, la agenda internacional nos trajo la hermosa noticia de la visita del papa Francisco a Cuba y a Estados Unidos. Este pastor de la Iglesia tiene todo el carisma para cambiar el mundo. Sus palabras por la paz mundial, por sanear el medio ambiente, su compromiso con los pobres, llegan al corazón de cada hombre y mujer.
Entonces, llegó la noticia en Cuba: en seis meses, Colombia firmará la paz. Juan Manuel Santos dio las gracias a los países garantes, y la noticia despertó dimes y diretes en este país azotado por la violencia durante más de cincuenta años. Como colombiana optimista, creo en ese logro, aunque la verdadera paz será tarea de nuestros jóvenes y niños, quienes tendrán que trabajar por la justicia social.
Finalmente, oímos a los padres de los 43 desaparecidos en México, quienes trataron de conversar con Felipe Peña Nieto para encontrar la verdad ante la ausencia de sus hijos, desparecidos por un año hoy. Como siempre, hubo la negativa a aclarar este episodio trágico que tiene en El Zócalo a padres, maestros y amigos que suplican al establecimiento oír la consigna: “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”
Esto sin mencionar la tragedia de miles de africanos, tratando de ingresar a los países europeos para mejorar su calidad de vida. Siria, la comunidad hispana, la independencia de Catalunya, complementan el rompecabezas que acaban con las palabras claves de Francisco: “No le demos la espalda a los inmigrantes, yo mismo fui también un hijo de inmigrantes en la Argentina.”
Para los colombianos, fue motivo de orgullo oír a Shakira cantar “Imagine”, la canción de John Lennon, para hacerle eco a las súplicas de Francisco para nunca dejar de soñar.
*Directora Unicarta
saramarcelabozzi@hotmail.com
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