Columna


Bazurto S.A.

JORGE RUMIÉ

17 de octubre de 2014 12:02 AM

Mirado en el contexto empresarial, Bazurto se constituye en el ejemplo ideal para demostrarle a cualquiera cómo pueden existir algunos sitios donde, a pesar del potencial de riqueza que se tiene, buena parte de la comunidad de empresarios y microempresarios que ahí se localizan -con el apoyo histórico de la Alcaldía– se empecinan en engraparse a la pobreza.

Quiero decir, lo anterior suena raro, porque en realidad los textos de economía nos enseñan que los empresarios buscan siempre maximizar el beneficio económico. Sin embargo, cuando conocemos la realidad, cuando vemos en la práctica cómo actúan, ahí es donde comprendemos el paradigma expresado arriba: en Bazurto la pobreza jalona más que la riqueza. 

Pero vamos por partes y permítanme explicarles mis argumentos. Primero: todos estamos de acuerdo de que Bazurto es hoy día la Central de Abastos de la ciudad, ¿cierto? Y que dicha potestad le entrega el beneficio de tener los mejores precios del mercado. Entonces, si estamos de acuerdo con lo anterior, la lógica económica nos llevaría –inequívocamente– a que todos debamos “mercar” en dicho sitio. Pero, ¿por qué no lo hacemos? Sería la pregunta del millón. Pues sencillo, mi estimado lector, y la respuesta la tenemos porque los empresarios de Bazurto no lo desean. Así de simple. Bueno, quiero decir, con una mano quieren que vayamos, obvio, pero con la otra, nos echan. Porque una cosa es lo que tú quieres y otra diferente es cómo actúas. Y Bazurto, lamentablemente, todos sabemos que es un “chiquero”: huele mal, es un basurero, no hay parqueaderos, es inseguro, los productos están sucios y mal presentados, en fin, ¿quién quiere visitar un lugar así?

Tratando de cerrar mí columna con una propuesta proactiva, recurro a una idea que expuse aquí hace como 9 años y que en resumen decía lo siguiente: al igual que nos sucedió con el agua, los puertos, los teléfonos, las basuras, los parques, en fin, para qué seguir; nos queda clara la incapacidad del sector público para manejar a Bazurto. Por tal motivo, lo mejor sería que dicho negocio –donde sea que quieran localizarlo- lo convirtiesen en una gran sociedad anónima de carácter mixto donde participen todos los empresarios del lugar (democratizando sus acciones), pero que sea “operado” por una entidad experta en Centros Comerciales o en Abastos, para imprimirle el carácter empresarial que se merece.

Es curioso, pero 9 años después de mi propuesta, el destino nos puso –al lado de Bazurto- un Centro Comercial que todos conocemos y que está manejado con el criterio propuesto.

Por favor, comparen.

JORGE RUMIÉ
jorgerumie@gmail.com
 

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