Columna


Bocala, barrio de vencejos (2)

HORACIO DEL CASTILLO RESTREPO

23 de marzo de 2014 12:02 AM

A juzgar por la asistencia masiva de vecinos de Bocala a las tres reuniones con los moradores de estos barrios, concluyo que tuvimos que pagar un precio muy alto en calidad de vida para darnos cuenta de que lo único que nos queda de estrato seis son las facturas de los servicios públicos y el pago del impuesto predial, los más caros de Colombia.
Pero aún es más doloroso entender que llegamos a este deterioro general gracias a nuestra apatía infinita, falta de solidaridad, de organización y de gestión. Y ¿por qué no decirlo?: renunciamos a participar como barrio y como comunidad con nuestros propios candidatos para que trabajen por nuestros intereses legítimos, haciendo gestión ante las diferentes instancias del Distrito donde se toman las decisiones y poder así lograr que nos reconozcan nuestros derechos y nos asignen lo que merecemos del pastel presupuestal para recuperar nuestro barrio. Tenemos un potencial electoral de más de 15,000 personas. ¡Un invaluable aval! Allí está gran parte de la respuesta a nuestros problemas. ¡Los derechos hay que trabajarlos!
Nada más importante para nuestra futura calidad de vida que el traslado de la Base Naval a Tierrabomba. De la manera como se maneje esto dependerá nuestra redención o perdición. Es preciso y perentorio que la comunidad de Bocala entienda que tenemos que enfrentar unidos la posible amenaza que se cierne sobre estos barrios si se aprueba construir más edificios en una comunidad donde no cabe un ladrillo más. Es muy posible que ya todo esté arreglado en Bogotá, por lo que corremos el peligro de seguir viendo cómo se perpetúa el círculo vicioso donde se impone la ambición desmedida de propietarios de predios y constructores, a costa de la calidad de vida del resto de la comunidad. ¿Quién duda hoy de que con la deficiente infraestructura, carencia de espacios públicos y altísima densidad poblacional que nos atormenta a diario, es imperativo suspender las licencias de construcción?
¡Llego la hora de participar! ¡Los demás barrios lo hacen! Las Juntas de Acción Comunal es el primer paso. Tenemos que conformarlas y mantenerlas porque son la herramienta ideal ante la ley para canalizar nuestros problemas y exigir nuestros derechos. También, a través de estas, es posible promover vecinos ¡y los tenemos buenos!, para que nos representen de manera desinteresada ante las instancias Distritales, usando las herramientas que nos da la democracia.
Nuestro futuro depende entonces ¡de nosotros! Me alegra mucho ver que la gente está despertando, entusiasmada y llena de esperanzas. ¡Dios quiera que la ilusión no sea efímera! Si claudicamos al buscar nuestros derechos, no tendremos razón para quejarnos.

 


horaciodelcastillo52@gmail.com

 

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