Columna


¡Burundanga!

ALBERTO ABELLO VIVES

18 de febrero de 2017 12:05 AM

Fueron sometidos a estado de indefensión y a la perversa voluntad de los victimarios provenientes de múltiples bandos, obligados a desplazarse a su antojo, desposeídos de las pertenencias elementales para la supervivencia, violentados de cuerpo y alma y obligados a olvidar. La violencia que sufrieron millones de colombianos víctimas del largo conflicto fue la burundanga dada para abusar contra la población, la satisfacción gozosa y el cumplimiento de los propósitos de los victimarios que han querido borrar las huellas de sus crímenes. Como la burundanga, la violencia afecta el sistema nervioso, nubla la visión y afecta las pupilas con el llanto de los que vieron correr ríos de sangre y muerte producidos por los sin alma, sube la tensión, borra sus huellas haciendo difícil la valoración y logra de la víctima doblegar su voz y la capacidad de denuncia.

La violencia fue el arma perfecta de una democracia fallida, de una sociedad que niega los derechos humanos fundamentales. A la burundanga la han llamado la más perfecta de las drogas. Somete sin falla al otro cuya memoria se ralla.

Recuperar aquellos momentos de violencia nacional exige una sociedad e instituciones sensibles y solidarias como sensibles y solidarios son los familiares y amigos que dedican su tiempo a sanar al ser querido sometido a la funesta droga.

Es ese, el dolor colectivo de los colombianos, más grande y fuerte que el dolor individual, el que ha de movernos para rehacer la memoria y construir una historia con los retazos de todos. Entre la memoria y la historia están las evidencias de los hechos.

La guerra y la violencia deben ser erradicadas como también la burundanga. La paz de Colombia será el mejor antídoto contra la violencia, por eso molesta tanto saber las ganas de la derecha de desmontar lo logrado, si gana las elecciones presidenciales, en este país que ya tiene a su principal guerrilla por fuera de las zonas de combate e inició negociaciones para un acuerdo con el ELN que queda vivo. Somos tan de malas en este país de todas la burundangas, que seguro ellos unidos ganan ante el previsible fraccionamiento de los partidos que dicen estar con la paz. Ojalá salga a la calle un acuerdo que permita a la paz ganar en la primera vuelta.

Que se acabe esa historia de violencia y su ocurrencia “por qué Songo le dio a Borondongo, por qué Borondongo le dio a Bernabé, por qué Bernabé le pegó a Muchilanga, por qué Muchilanga le echó a Burundanga, por qué a Burundanga le hinchan los pies”. Siempre será mejor vivir en paz, es un bien superior y hay que trabajar por ella. Mejor como dice la misma Celia: “Amambelé practica el amor, defiende a tus hermanos, porque entre hermanos se vive mejor”. Y si lo canta desde el cielo, para oírlo en la tierra, ¡será mucho mejor!

*Columnista semanal

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