Columna


Canal del Dique, otro problema

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

30 de junio de 2013 12:00 AM

CARLOS GUSTAVO MÉNDEZ

30 de junio de 2013 12:00 AM

El editorial de El Universal del 26 de junio, denominado “La saladera del Dique” retrata el viacrucis del Canal, que  tanto representa para la ciudad como vía de transporte, en su competitividad como puerto y como sitio de abastecimiento de agua, pero que ahora es una amenaza grave por la enorme sedimentación que vierte en la bahía, la cual puede hacer que Cartagena pierda su condición de puerto.La historia del Canal ha sido escabrosa. Hubo un primer intento, muy rudimentario de unir a Cartagena con el río Magdalena en 1571, pero su vida fue efímera. En 1650, Pedro Zapata de Mendoza, Gobernador de Cartagena, con 2.000 hombres, unió varias ciénagas y se navegó entre el río Magdalena y la bahía. La vida posterior del Canal fue azarosa y pletórica de intervenciones, según estudio de José Vicente Mogollón V. Hitos  en la historia de esta vía de agua han sido: la intervención de  George M, Totten  entre 1844  y 1850; la obra en 1951, de la Standard Dredging, que encajonó y rectificó los 114 kilómetros del canal, pero nos “regaló” muchos sedimentos en la bahía; y los trabajos de Sanz y Cobe en 1981, cuando rectificó el canal (pasó de 250, a 50 curvas y a 2,5 metros de calado promedio). Su efecto colateral ha sido meterle diariamente miles de metros cúbicos  de lodo a la bahía. Este lodo, según estudio batimétrico de 2004 (CIOH), había avanzado 3,5 kilómetros dentro de la bahía, de los 8 kilómetros que separan a Pasacaballos de Tierra Bomba, en el sector de los bajos frente a Caño del Oro.
Desde esa época para acá se agravó el peligro de que la bahía quede dividida. Una radiografía la trae Juan Gossaín en una estupenda crónica sobre la bahía que publicó El Tiempo, en la cual dice que le preguntó al ingeniero oceanógrafo ruso Sergei Lenin, profesor de la Escuela Naval, sobre la vida en el fondo de la bahía y este le respondió: “Y a usted quién le ha dicho que en fondo de la bahía hay vida. ¿Sabe lo que hay?, barro líquido, un mazacote apestoso pegado al fondo. Los sedimentos del río Magdalena, arrastrados por el Canal del Dique, mataron la vida de la bahía hace mucho tiempo”. 
Ante este drama, en los últimos 14 años se les ha suplicado a los ministros de obras de Pastrana, Uribe y Santos para que ayudaran a implementar una solución para este asunto, pero la ciudad sólo ha recibido contentillos y promesas de estudios que nunca se hacen por razones variadas.
En fin, si al Canal del Dique no se le hace una intervención rápida, nos quitará la viabilidad como puerto. Ojalá el próximo alcalde se convierta en adalid de esta causa, la más importante para el futuro de la ciudad.

*Columnista
menrodster@gmail.com

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