Mi padre decía, si tú quieres que algo le quede a otra persona, repítela varias veces y por eso hoy, nuevamente, les estoy enviando la historia de “cara e´piña”.“No hay vaina que más acompleje a uno que los apodos y más cuando estamos acompañados por la noviecita”, así se quejaba en estos días un joven que llegó desesperado a la consulta, porque le dicen “cara e’ piña”, debido a la cantidad de lesiones de acné, que no solo se encuentran en la cara, sino también, en pecho y espaldas.
Pues lo que tiene CARA E PIÑA es acne vulgar y para poderlo ayudar y para que su caso también oriente a los demás, preguntémonos de entrada, en que consiste tal enfermedad.
Lo importante es que sepamos que el acné en una inflamación de las glándulas sebáceas que se encuentra regadas por el cuerpo, pero, que predominan en la cara, hombros, espaldas y nalgas y aunque puede afectar a cualquier persona, el 80% de los casos se presenta en personas de 12 a 25 años de edad.
Yo diría, que el acné es una enfermedad de jóvenes y no compromete la vida pero, afecta notablemente la estética y la autoestima de quien la padece.
Lo primero que encontramos es el fenómeno obstructivo causante de la presencia de “granitos con sebo” y que se debe al exceso de producción de las hormonas sexuales masculinas, o andrógenos, y es por eso que se presenta más frecuentemente en la adolescencia.
Ahora bien, el exceso de producción de las glándulas sebáceas, también es una causa frecuente del acné y este exceso de producción de grasa, puede ser causado por producción hormonal o por razones genéticas.
Hay mujeres que se dicen, con insistencia flagelante, que ellas ya no son jovencitas para presentar acné y olvidan que en las mayores de 25 años, la enfermedad se debe a exceso de hormonas masculinas por enfermedades de los ovarios o de las glándulas suprarrenales, o también por el uso de anticonceptivos orales. Es por eso obligatorio para el terapeuta, ordenar exámenes hormonales en estos casos, antes de fijar un tratamiento definitivo. Junto a lo anterior, se suma el estrés, el cual es importante tener en cuenta también, sobre todo en los mayores de 30 años de ambos sexos.
Entonces, para evitar esos desagradables motes de “cara e’ piña” o de carita picada de gallina, etc., que hacen impacto en el estado psicológico de las personas, lo primordial es reducir el número de lesiones y hay que concienciar al paciente de que el acné no se cura, se controla, y se llega a sanar con el tiempo y por eso, el paciente no debe suspender la medicación, sino hasta cuando el médico tratante se lo indique.
En muchos casos, cuando el paciente suspende el tratamiento por mejoría, que por lo general es transitoria, muchos vuelven a presentar lesiones, requiriendo el reinicio del mismo.
La medicación oral o sistémica, que varia desde antibióticos, medicina antiandrógenica e Isotretinoina, no debe automedicarse por los efectos indeseables que producen y solo pueden ser ordenados por el medico dermatólogo tratante.
Creo, que siguiendo todo esto nos mejoramos, elevamos nuestra autoestima, comenzamos a ver nuestra cara limpia de lesiones y por lo tanto nos dejan de llamar “cara e’ piña”.
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@A_GomezAgamez
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