Columna


Cartagena bien plantada

JORGE CAMPOS PÉREZ

31 de julio de 2015 12:00 AM

Cartagena es una ciudad -como muchas de países en vía de desarrollo- con una escasa dotación de zonas verdes. El acelerado proceso de crecimiento urbano ha descuidado lo ambiental y se ha hecho a costa de este.

Datos de la más reciente evaluación de calidad de vida de Cartagena Cómo Vamos indican que tenemos tan solo un árbol por cada 17 habitantes, mientras que en ciudades como Bogotá o Madrid esta razón es de 1 por 6; y 14 por 1, respectivamente. Más crítica es la relación de espacios verdes por persona, que se redujo entre 2010 y 2014, de 4,75 a 4,51 m2.

A pesar de tan magros resultados, se le debe reconocer a la administración Vélez la gestión del comité de parques, y acciones como recuperar y adoptar separadores, parques y zonas comunes por medio de alianzas con el sector privado, las comunidades y la misma Gobernación de Bolívar.

Algunas zonas intervenidas han recuperado su función como lugar de esparcimiento donde la cultura y la identidad de la ciudad se manifiestan. Tan solo hay que visitar los parques de Martínez Martelo o del Cangrejo Azul, de Crespo, para darse cuenta de que no solo los centros comerciales y espacios privados son lugares de encuentro.

Estas buenas acciones deben replicarse más allá del gobierno de turno. Si bien el Distrito anunció que tiene 15 mil m2 apadrinados y que al cerrar 2015 entregará seis nuevos parques, y también la Gobernación de Bolívar entregará el parque Espíritu del Manglar renovado y recuperado este mismo año, debe desarrollarse una política de espacio público y zonas verdes que estructure el desarrollo de la ciudad.

Al respecto, regulaciones como el acuerdo 010/ 2014 y el Decreto 0356/2015 son pasos en la dirección correcta para organizar y aprovechar mejor el espacio público. Legislación adicional puede incluir nuevas tipologías de calles y espacios peatonales que definan el tipo de especies vegetales.

Esto puede contribuir a un balance entre paisajismo y sombra, y a establecer metas puntuales de arborización urbana que generen beneficios como mejorar la calidad del aire, reducir la sensación térmica y fomentar el desplazamiento peatonal en la ciudad.

Con periodos de alcaldes y gobernadores por iniciarse, la agenda de diseño del espacio público y zonas verdes debe ser también incluida en los planes de gobierno. El sector privado y las comunidades, que participan en el comité de parques, deben comprometer a las nuevas administraciones a continuar estas iniciativas. Es una manera efectiva para que la ciudad sea más amable y tenga el hábitat que mejore su calidad de vida.

*Profesor UTB
camposjorge86@gmail.com

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