No es posible que Cartagena siga viviendo este deterioro acelerado por la desidia de sus dirigentes políticos, alcaldes y entes del orden nacional. Es tan grave la situación en infraestructura de servicios públicos, drenajes pluviales, adaptación al cambio climático, movilidad, seguridad, violación de las normas de construcción, invasión del espacio público, desaparición de los cuerpos de agua, etc., que el próximo alcalde no la tendrá fácil y mucho menos si encuentra saqueadas las arcas del Distrito. Hay situaciones que reflejan la falta de compromiso y amor por el terruño que han mostrado los últimos mandatarios, elegidos, encargados, encargados de los encargados y otros. Todos han salido por la puerta de atrás, sin gloria y con mucha pena.
Dos casos pudieron haberse resuelto con pequeñas gestiones ante los entes nacionales correspondientes. El primero es el empalme de la doble calzada de la Troncal de Occidente con Transcaribe, desde el cruce de El Amparo hasta el SAO de La Plazuela; y el otro es la conectividad entre la doble calzada de la Cordialidad, desde el canal Calicanto, hasta el cruce con la vía de Olaya. Son dos tramos convertidos hoy en verdaderos cuellos de botella por la falta de gestión de un alcalde que le hable fuerte al Gobierno nacional.
Como ejemplo de gestión y compromiso retrotraigo el caso de la Circunvalar de la Prosperidad de Barranquilla, (Malambo-Las Flores), cuya invitación a precalificar, N° VJ-VE-IP-004-2013, abrió la ANI el 6 de febrero de 2013, con 36,7 km de largo, en calzada sencilla. Bastaron sendas comunicaciones del gobernador del Atlántico y del presidente de la Sociedad de Ingenieros del Atlántico, reclamando construir la doble calzada, con poderosos argumentos, aunque reconociendo que el TPD solo se cumpliría en 10 años, para que la ANI abriera un proceso nuevo con doble calzada, hoy en ejecución.
Cuando se conoció el proyecto de la doble calzada entre el túnel de Crespo y la entrada a Tierrabaja, 7,5 kilómetros, incluyendo el viaducto del Gran Manglar, en calzada sencilla, la SIAB inició una cruzada para que tuviera doble calzada. Hubo foros en la Alcaldía y el Concejo de Cartagena y no se pudo conseguir el apoyo ni del alcalde, ni de los gremios ni mucho menos de la ciudadanía. La majestuosidad del viaducto contrasta con la mezquindad de las vías que sirven de entrada desde Barranquilla y las de servicio al desarrollo urbanístico de la zona norte. Esa es Cartagena y los dirigentes que nos merecemos, solo piensan en beneficios personales.
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