Por iniciativa de la Fundación Mamonal, hace poco fui invitado a coordinar dos talleres de grupo focal con rectores de colegios oficiales del Distrito de Cartagena. Asistieron cerca de 25 rectores que hacen parte la Escuela de Alta Dirección Educativa, iniciativa de formación gerencial liderada por la Fundación. El taller buscaba identificar las percepciones de los rectores sobre la situación actual y futura de la educación de Cartagena.
La principal falencia de la educación en Cartagena, según la mayoría de los presentes, es la falta de un plan educativo que muestre un horizonte para el sector. En este sentido, llamaron a las autoridades distritales a tomar mayor conciencia sobre la importancia del papel de la educación como motor de desarrollo y cambio social. “La educación no es un tema político, sino un tema estratégico de ciudad que jalona el desarrollo”, señaló un rector.
Así mismo, los asistentes criticaron las demoras en solucionar los problemas de sus escuelas, que son de competencia del Distrito y que incluyen el nombramiento de docentes y el mantenimiento y dotación de ambientes escolares. Consideran necesario fortalecer los equipos de apoyo de la Secretaría de Educación Distrital (SEDC) para brindar un acompañamiento real y efectivo a las instituciones educativas. Según muchos, las escuelas locales generalmente no encuentran en la SEDC respuestas a sus solicitudes de asesoramiento pedagógico o administrativo.
Otro tema que preocupa a los rectores son los recursos invertidos en capacitación, que en muchas ocasiones no responden a los diagnósticos y planes de mejoramiento que realizan las propias instituciones educativas del Distrito. Algunos destacaron la falta de transparencia en los intereses y criterios utilizados en la asignación de estos importantes recursos.
Frente a este panorama desalentador, los participantes consideraron que se debe convocar a un pacto por la educación de Cartagena, un movimiento ciudadano amplio, diverso y pluralista, que se fundamente en la perspectiva de la educación como un derecho fundamental y que defina unas metas inamovibles que deberán preservar los futuros gobernantes del Distrito.
Un pacto por la educación deberá ser un compromiso mancomunado. La sociedad civil, las instancias de gobierno local, las universidades, los colegios privados, los órganos de control y vigilancia y el Ministerio de Educación Nacional deberán forjar un sistema de educación pública que sea la columna vertebral del desarrollo de la ciudad y sirva de ruta y horizonte para la construcción de una Cartagena que, a la vez que pujante, sea competitiva y equitativa.
*Director del Observatorio de Educación de Cartagena
warellan@unitecnologica.edu.co
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