Luego de ausentarme casi 30 años, y disfrutando del privilegio de regresar a Cartagena al frente del espléndido y moderno InterContinental Cartagena de Indias, me impresiona bien el crecimiento de su industria turística; el gran número de hoteles de primera categoría, y la variedad de restaurantes que muestran la gastronomía local e internacional.
Igualmente el número de líneas aéreas que viajan a Cartagena gracias a los esfuerzos de Cotelco, SACSA y otras instituciones, y el continuo crecimiento de su industria de cruceros y su puerto. También positivo y sorprendente es su desarrollo en finca raíz.
Anticipo que habrá más crecimiento turístico pues hay mercados por maximizar, como el norteamericano y el europeo; recientes condiciones sociopolíticas y económicas de nuestro país lo auguran. Quizá se me escapan más cosas positivas, como los grandes proyectos de vías, lagunas y caños, que en estos pocos meses no he podido evaluar, pero no dudo que el crecimiento de la ciudad y de su industria será exponencial.
Muy notable es el gran número de instituciones privadas lideradas por mujeres de gran talento y capacidad; sin duda su habilidad táctica y gran capacidad de trabajo son los pilares del enorme desarrollo de la ciudad. La Cámara de Comercio, Cotelco, Fenalco, el Convention and Visitors Bureau, el Centro de Convenciones, Corpoturismo, SACSA, la Sociedad de Mejoras Públicas, Invest in Cartagena, Andi- Fundación Mamonal, Funcicar, Cartagena Cómo Vamos, son muestra de ese gran liderazgo femenino.
No obstante los logros, existe la enorme necesidad de mejorar mucho la educación, y en el caso específico de nuestra industria, superar la barrera del idioma rápidamente para atender a nuestros visitantes foráneos.
Sin mejor educación no maximizaremos nuestro gran potencial, ni podremos erradicar la enorme pobreza; no es consecuente que Cartagena sea una de las cinco ciudades de mayor desarrollo en nuestro país, y la penúltima más pobre. Una mejor educación será fundamental para solidificar nuestra democracia en un momento crítico de nuestra evolución política nacional.
Lamento que en 30 años no hayamos resuelto la informalidad en nuestras playas, y la crítica situación de las aceras y el alcantarillado; preocupa la falta de autoridad en algunos ámbitos, y si la hubiera, junto con más educación, los problemas serían menos.
Mi mayor reconocimiento a quienes han participado en este enorme crecimiento de la ciudad más encantadora de Colombia, contribuyendo a que sea uno de los países con más potencial de crecimiento turístico en el hemisferio.
Agradezco mucho la gran acogida que he recibido y el afecto demostrado por mis amigos de siempre y los nuevos que me han brindado su hospitalidad. Con satisfacción contribuiré a su esfuerzo de una mejor Cartagena en vías de su quincuagésimo aniversario.
RAÚL BUSTAMANTE MILLER**
Raul.bustamante@ihg.com
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