Columna


Censura creativa

RICARDO TROTTI

22 de octubre de 2016 12:00 AM

México es quien más veces ha sido anfitrión de las asambleas de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), 14 veces en 74 años, desde 1942. Desde entonces, la violencia autoritaria de los gobiernos y el terror del crimen organizado, son las dos vertientes principales de ataques a la libertad de prensa y atentados.

En 2016 nada cambió y ya es el año más letal para el periodismo latinoamericano. Veinte periodistas han sido asesinados, 11 en México, solo por denunciar lo que muchos quieren ocultar. La mayoría de los casos fueron represalias del narcotráfico. Aunque en un país donde a un juez le dan un tiro en plena calle, a siete ladrones le cercenan las manos, 43 estudiantes desaparecen y el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, está prófugo por lavar dinero y delincuencia organizada, difícilmente se puede saber de dónde vienen los tiros.

Sucede igual en Brasil, con tres periodistas asesinados este año. Allí la violencia contra la prensa está más ligada a la corrupción política, pero como el crimen organizado infiltró todo, las causas se adivinan similares a México.

De los 400 periodistas asesinados en los últimos 25 años en la región, solo tres o cuatro casos terminaron con los asesinos presos. Peor aún, el avance del narcotráfico vaticina que la violencia aumentará.

Habría muchas más víctimas sin la seguridad para periodistas que la SIP ayudó a integrar en algunos países. Solo en México en lo que va del año, 251 periodistas fueron movidos por el Gobierno para evitar que los maten. En Argentina, previendo el mayor auge del narcotráfico, la asociación nacional de periódicos (ADEPA) y el Gobierno adoptaron protocolos para blindar a medios y periodistas y garantizar el derecho a la información.

La violencia no es la única censura. Varios gobiernos hostigan a medios y encarcelan periodistas. Desde Venezuela, donde Maduro encarceló a Braulio Jatar, director de un medio digital, por publicar videos incómodos al poder, hasta Ecuador y Nicaragua, donde Correa y Ortega siguen cerrando medios y creando propios para hacerse propaganda.

La era digital trajo nuevos desafíos, ya que el internet ha servido para censurar con renovados bríos a través del ciberacoso y los ciberataques.

Los ataques cibernéticos contra medios, periodistas y grupos de derechos humanos y políticos se intensificaron. No solo son cibermilitantes o bots actuando como sicarios del insulto pagados por los gobiernos para asediar a opositores, sino también de hackers que atacan a medios para silenciarlos.
Los ataques más frecuentes, de los que fueron víctimas recientes  ABC Color de Paraguay y la televisora Guatevisión de Guatemala, son de origen DDoS o ataques de denegación de servicio, saturando de tráfico al sitio de internet, haciendo que el server atacado quede bloqueado. Un 50% de los sitios fueron atacados, aunque a veces su propietario no lo sepa. Google pronostica que 80% de las víctimas sufrirá nuevos ataques.

Para contrarrestarlos, la SIP y Google lanzaron en la asamblea de México, el Proyecto Shield (escudo), que los sitios de internet pueden adoptar para blindarse. El objetivo es que en pocos años, 100% de los sitios puedan contrarrestar esta forma de censura.

trottiart@gmail.com

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