Columna


Ciudad insensible

REBECA GONZÁLEZ DE LEÓN

05 de mayo de 2014 12:02 AM

En Cartagena hay coches cuyos caballos se encuentran  desnutridos y enfermos, aun así deben cargar  con  un carruaje de madera y hierro al cual se suben más de 4 personas. Así ha sido siempre, así sigue siendo y nadie hace nada. Tuvieron que alzar las voces los ambientalistas y subir un video como el del caballo que se desplomó porque no podía seguir con el recorrido que llevaba a los cuatros turistas pasaditos de peso, para que  el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT), la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (Umata), la Corporación de Turismo Cartagena de Indias, el Departamento Administrativo de Salud (Dadis) y el Concejo de Cartagena, se percataran que entre sus deberes está el reglamentar, vigilar y controlar el tema de los caballos y los coches.

El concejal Germán Zapata quien ha asumido la vocería en esta problemática, manifestó para el portal de noticias “Vanguardia.com” que el decreto 0647 que reglamenta el tema de los coches para uso turístico, no tiene en cuenta que la prestación de este servicio implica una actividad comercial de pesebreras y que su autorización en el POT está supeditada a una regulación de la secretaría de planeación, la cual no existe. Se haría necesario entonces que Planeación haga un estudio  que pueda determinar dónde deben estar ubicadas las caballerizas así como también establecer cuáles son los requerimientos urbanísticos que éstas deben cumplir. En palabras del concejal Zapata para Vanguardia.com: “Como esto no está hecho, toda reglamentación que expida el alcalde pretendiendo regular el servicio de coche turístico, que necesariamente incluye pesebreras, estaría afectada de nulidad por desconocer la norma de orden público como lo es el POT. Reglamentar el uso del suelo por fuera de lo establecido en el POT es competencia exclusiva del Concejo”.

Cartagena de indias, la ciudad de la ineficacia administrativa, hoy tiene el reto de tomar las riendas en este tema para así poder situarse como una ciudad sostenible que busque que sus habitantes y visitantes convivan en armonía con la naturaleza y el respeto por los animales. No quiero ser pesimista pero conociendo la mediocridad que ha caracterizado a la administración distrital, puedo asegurar que el camino para lograr una seria reglamentación sobre coches, caballos y caballerizas, es largo y lento. Exigimos al Concejo que haga lo que le corresponda, así como a las demás instituciones que deben velar sobre este asunto. No tiene presentación que se estén “pasando la pelota” y no asumiendo la responsabilidad que les compete. Las políticas de protección animal deben estar en la agenda de la ciudad pero uno no ve a sus dirigentes interesados en este asunto (recordemos que el alcalde Dionisio Vélez trajo de vuelta las corridas de toros). Cartagena la han pensado para el turista, aquí sus habitantes están en un segundo plano y el cuidado por los animales no aparece en el panorama de ciudad. Cartagena de Indias se ha convertido en un fortín turístico y comercial, insensible, además.

Solo me subí en coche una vez, para pasear con mi sobrina, recuerdo que cuando me bajé hice la promesa de no volver a usar este servicio jamás, y hasta la fecha la he cumplido. Cartagena se disfruta más caminándola o en bicicleta, así que los invito a todos a que no hagan uso de los coches, seamos la voz de los que no tienen voz, a los caballos los están maltratando y por ahora no habrá autoridad ni ley que los proteja, hagámoslo entonces nosotros, la sociedad civil. 

rebecacolumnista@outlook.com

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