Columna


Ciudad macabra, ¡de película!

ALBERTO ABELLO VIVES

30 de mayo de 2015 12:00 AM

Ahora que el cine colombiano repunta en Cannes, el título de esta columna bien podría ser un buen nombre para otra película sobre una ciudad violenta a orillas del Caribe: es una ciudad en la que, se dice, ocurren siete muertes violentas en menos de ocho horas.

Alexis, uno de los protagonistas, es asesinado en medio de un atraco; una víctima con retraso mental queda con el suéter del asesino en la mano. Otra persona muere tras recibir heridas con un arma blanca en el abdomen. Mientras tanto cierran siete establecimientos comerciales en caravana de seguridad y unos jóvenes casi son linchados al simular ser predicadores.

Mientras se hacen hermosas tomas aéreas de la ciudad para la última de las campañas de promoción turística en el exterior, tres muertos dejan atracos en dos ataques directos. En otra esquina, en primer plano: un conductor mordido por un pasajero dice: “ya denuncié al que me arrancó la oreja”.

Al mismo tiempo que se filma un video de Ricky Martin y elegantes damas de la fama local salen felices de tomar té en el teatro, se monta la escena en cualquiera de sus calles donde incendian una moto a presuntos ladrones; asesinan a peruano cuando se dirige a su casa y nadie se pronuncia, un pasajero mata a un mototaxista, adolescentes golpean y apuñalan a un taxista en Bocagrande, asesinan a una mujer embarazada en Manzanillo, sicario mata a otra persona cuando llegaba también a su hogar y asesinan a cuchillo a “Calimenio”.

El rodaje ingresa a los tribunales donde hay un juicio contra un hombre señalado de matar a su mujer; lejos de allí, homicidas corretean a otro hombre hasta matarlo.

Todo ocurre muy rápidamente en la película, la gente en la calle ni pestañea, sigue caminando. Sabe que es una ciudad violenta; está entre las más violentas del país, a pesar de que hay muchos uniformados en otros lados donde no está el movimiento, ellos andan en combos, pasean a toda velocidad en motocicletas y hablan por celular. Al final del día, un baile termina en una batalla entre la comunidad y un escuadrón móvil antidisturbios.

En la ciudad de la película todo lo narrado son titulares de prensa, hechos que no se pueden esconder. Como sí se esconden hechos de corrupción y la falta a la ética todos los días: un hijo le instala a su padre el último de los juguetes en el parque con plata pública, las actas de un consejo de patrimonio se alteran, se roban las piezas del museo de la ciudad y hasta un Bolívar de Garay, príncipes instalan placas y aparecen falsos historiadores.

Todo se esconde, pero no se puede esconder la violencia macabra. Por ello el nombre de la película que podría estrenarse en FICCI 2016. Pero no, no es una película, son los titulares en Internet sobre Cartagena en una semana cualquiera.


albertoabellovives@gmail.com

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