La salud ha enfrentado una gran paradoja en Colombia: avances en cobertura con deterioro en el acceso. El país pasó de una cobertura del 57% en 1997 a una del 91% en 2012, mientras que el acceso a los servicios, medido como el porcentaje de personas que demandaron el servicio y lograron ser atendidos, disminuyó del 79% al 75% en el mismo período.
Tradicionalmente los estudios que explican el acceso señalan factores de demanda (el ingreso de las personas, el conocimiento del sistema y la percepción sobre la gravedad de la enfermedad, entre otros) o factores de oferta (infraestructura hospitalaria, disponibilidad del recurso humano y calidad del servicio, entre otros). Para el caso colombiano, algunas investigaciones encuentran que una de las mayores restricciones es la poca infraestructura hospitalaria en el país.
Las limitaciones en infraestructura se reflejan en el indicador de camas por cada diez mil habitantes, el cual es de 15 en 2013. Es un valor bajo comparado con las 27 camas que reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el grupo de países con un nivel de ingresos medio alto, en el que se incluye a Colombia. Ni hablar del estándar en los países de ingresos altos (37) o en Europa (60).
Si bien en los últimos años se construyó infraestructura privada en Colombia, aún existe un rezago en oferta hospitalaria: la oferta privada no crece a la velocidad requerida y la pública está estancada. La infraestructura construida está muy concentrada en los grandes centros urbanos, donde es más rentable para los privados lograr beneficios de escala, sin mencionar el atraso de la mitad de municipios colombianos en los cuales solo operan los hospitales públicos.
Quizá una de las causas del atraso es la baja inversión pública en el sector. De acuerdo con la OMS, el país invirtió una porción no despreciable de recursos en el sector en 2009: el 7,6% del PIB cuando se incluye el gasto privado y público, donde el primero representó aproximadamente el 30% y el segundo el 70%. El gasto público en salud constituyó el 20% del presupuesto nacional. Sin embargo, al mirar el gasto por habitantes el país se quedó corto en comparación con lo invertido en las repúblicas del Cono Sur del continente. Mientras el sector público colombiano se gastó 488 dólares por habitante, en Argentina fueron 921, en Chile 576 y en Uruguay 718.
La solución a los problemas de infraestructura debería involucrar mayores recursos y una definición de incentivos que promuevan la construcción de nueva infraestructura pública y privada en un escenario de subsidios a la demanda. Estos son de los temas pendientes en la reforma del sistema de salud colombiano.
jbonetmo@banrep.gov.co
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