Columna


Colapso

“La semana pasada se publicó una noticia en los diferentes medios de comunicación en la que se informaba que el servicio de Urgencias de La Casa del Niño estaba colapsado”.

LUIS ALBERTO PERCY

17 de enero de 2019 12:00 AM

La semana pasada se publicó una noticia en los diferentes medios de comunicación en la que se informaba que el servicio de Urgencias de La Casa del Niño estaba colapsado, desafortunadamente para Cartagena y la región Caribe colombiana, la noticia es real y muestra no sólo lo que pasa en ese hospital sino la situación que se vive en muchos hospitales del país.

En Cartagena y en Bolívar en temas de atención pediátrica, la demanda superó a la oferta, se calcula que el déficit de camas pediátrica en la ciudad y la región supera las 300 camas y en la costa un sólo hospital pediátrico no puede hacer frente a los problemas de salud asociados a la infancia y adolescencia. Este problema que no es menor, es el resultado de la sumatoria de una serie de situaciones entre las que se encuentran: falta de red hospitalaria pediátrica, falta de recursos para inversión y ampliación de infraestructura, falta de especialistas y subespecialistas pediátricos, aumento de la demanda asociado a picos epidemiológicos y aumento inusitado de la demanda por parte de los pacientes provenientes de Venezuela.

El problema del colapso de los servicios de urgencias en la ciudad tiene que ver con cuatro factores que se podrían resumir en: red insuficiente de servicios de atención, falta de recursos, ineficiencia del sistema y nuevas situaciones sociales.

El primer punto tiene que ver principalmente con la imposibilidad de algunos aseguradores EPS de mantener una red adecuada de IPS para atender a sus pacientes. Valdría la pena revisar con las EPS que operan en la ciudad a cuáles hospitales tienen contratados para atención pediátrica y cómo están garantizando la atención de esta población. Al no haber una red de atención adecuada toda la población que requiere atención se concentra en el único hospital pediátrico de la ciudad congestionando y colapsando sus urgencias.

El segundo punto tiene que ver con financiamiento, el sector salud está en crisis, el déficit de recursos del sistema se calcula que ronda los 10 billones de pesos y eso afecta la posibilidad que los hospitales puedan seguir creciendo y ampliando su capacidad de atención, en este punto cuando la demanda de atenciones supera la oferta lo lógico sería que se aumentara la oferta para satisfacer la demanda, sin embargo, al no haber recursos para el crecimiento el equilibrio se rompe y viene la congestión. El déficit calculado de camas pediátricas para la ciudad y la región ronda las 300 camas, déficit que va a ser muy difícil de controlar en el corto plazo ya que los proyectos de crecimiento que se plantean y se desarrollan en este momento no suplen estas necesidades.

El tercer punto que origina la congestión de los servicios de urgencias tiene que ver con un sistema de salud ineficiente que no tiene integrado los tres niveles de atención, los pacientes acuden al tercer nivel sin haber sido atendidos en el primero lo que genera congestión. Por otro lado, la red de atención primaria tiene un déficit de camas importante, en los registros oficiales estas camas en Cartagena no llegan a 10 camas habilitadas y un gran número de pacientes que pudiesen ser atendidos en IPS de menor complejidad tienen que acudir a las de mayor complejidad porque no encuentran una solución a sus requerimientos. A lo anterior, se suma la paquidermia en los trámites administrativos que se presentan en algunos prestadores y aseguradores que retrasan aún más la atención y congestionan los servicios de urgencias.

El último punto tiene una importancia enorme, se refiere a una situación coyuntural que se presenta desde mediados del año 2017 y que va incrementando cada día más su importancia, se refiere a las atenciones y el déficit económico para los hospitales de la ciudad derivado de la atención a pacientes venezolanos. Las cifras son preocupantes, el déficit de recursos en sólo tres hospitales de la ciudad al cierre de 2018 ronda los 10.000 millones de pesos y el número de pacientes atendidos se calcula que se ha incrementado por encima de un 300 por ciento. En La Casa del Niño por sólo poner un ejemplo, en el 2018 se realizaron más de 2600 atenciones a pacientes venezolanos y estas se prestaron principalmente en el servicio de urgencias. Suficientes atenciones para colapsar un servicio de urgencias que históricamente, y a causa de lo comentado anteriormente, ha sido congestionado y ha tenido una alta ocupación.

La situación presentada la semana pasada en la ciudad puede volverse a presentar con un agravante: el primer semestre del año es históricamente de baja ocupación hospitalaria, no así el segundo, en donde se presenta mayor ocupación y el riesgo de un colapso de mayores proporciones está latente. Un reto más que resolver para autoridades, aseguradores y hospitales para este 2019.

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