Columna


Colapso vial

JAIME BONET

14 de diciembre de 2014 12:02 AM

Fruto de la prosperidad de los últimos años, se incrementó el parque automotor y colapsó la red vial urbana en varias de nuestras ciudades. No es un problema fácil de resolver porque hay dos serias restricciones. L la escasez de recursos que impide más inversión y la mala calidad del gasto público, que permite obras que nunca terminan.

La falta de recursos no es exclusiva de Colombia. La revista The Economist publicó un artículo sobre cómo los gobiernos estatales y municipales de los Estados Unidos enfrentaban la falta de recursos para adelantar obras de infraestructura vial. El gobierno federal tiene un fondo vial que financia con un impuesto al combustible. La tasa de este tributo permanece estable desde 1993 y el consumo bajó como resultado de la introducción de vehículos más eficientes y la reducción de la conducción en los jóvenes.

Así, son menores los aportes del gobierno federal a la infraestructura vial urbana y estatal. Estos gobiernos deben usar sus atribuciones tributarias para financiar proyectos en sus territorios. Por ejemplo, los estados, o algunas ciudades en las que tienen competencias, emiten bonos, incrementan los peajes o introducen sobretasas al impuesto a las ventas.

Estas alternativas tienen serias limitaciones en nuestro país. En algunos casos porque los departamentos y municipios no tienen autonomía para introducir nuevos impuestos o tasas y en otros casos, es muy limitada la capacidad de emitir sus propios bonos, en gran parte por la poca posibilidad de respaldo a este tipo de deuda pública. Se requeriría fortalecer la capacidad local tributaria para obtener los recursos que permitan superar el rezago.

Una herramienta que tenemos en el país es cobrar valorización, que ha demostrado ser un instrumento adecuado para financiar la infraestructura vial. En algunas ciudades se aplicó este mecanismo con un éxito relativo. Usarlo depende más de elementos de economía política que limitaciones del esquema de financiamiento.

La experiencia muestra que en Colombia tener los recursos no es garantía suficiente para lograr las obras. En Cartagena tenemos el ejemplo de Transcaribe y sus 10 años en ejecución. Con la Agencia Nacional de Infraestructura se fortaleció la capacidad institucional del Gobierno nacional para diseñar y ejecutar proyectos viales. Sin embargo, en los departamentos y municipios sigue siendo muy pobre la institucionalidad del sector. Los gobernadores y alcaldes se limitan a adelantar gestiones de recursos ante el Gobierno nacional, donde se focalizan en las vías nacionales. Por eso vivimos problemas de movilidad diarios sin muchas posibilidades de solución en el corto y mediano plazo.

jbonetmo@banrep.gov.co

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