Columna


Colorín colorado

GUSTAVO MONTES FERNÁNDEZ

19 de enero de 2016 12:00 AM

“Santa Librada, que la salida sea como la entrada”, reza el adagio popular muy aplicable a la administración pública. Es así como ahora se comienza a saber la otra historia de la novela en la administración de Julio Guerra en Sucre, que incluye grabaciones y hasta documentos, según la fuente periodística, que serán radicados ante las autoridades respectivas.

Decía que no podía ser solo quien señalaba las falencias de ese desastre administrativo, que incluso converso en diferentes ocasiones con el exvicepresidente de la república Francisco Santos y la columnista Salud Hernández Mora, personalidades muy preocupadas por Sucre.

Hoy sale con toda fuerza el señor gobernador Édgar Martínez Romero, haciendo públicas una serie de irregularidades correspondientes al gobierno de la banda de los cuatro, que tuvo como protagonistas a los secuaces de la administración de Julio Guerra, quienes pretenden echar tierra del olvido a tanto atropello y decir colorín colorado este cuento se ha acabado, cada quien a su casa, y todos felices comiendo perdices… pues no. El gobernador Martínez desmostró en sus primeros días de gobierno que no comparte el sanseacabó.

Las personas que han enviado información a mi email, les agradezco el apoyo. Lo que esté a mi alcance lo demostraré en apoyo al gobernador Martínez, en su gestión, en lo que sea bien para Sucre. A Martínez hay que darle los primeros meses de desenvolvimiento, para ver qué es lo que en sí plantea y ejecuta. De allí, que ojalá la andanada a que se ha visto sometido, se detenga y se piense en Sucre. Si se observa que no hace las cosas bien o no tiene la intención de hacerlas, entonces allí sí creería que tendrían los argumentos, que hoy no creo los tengan. Mientras, quien se perjudica es Sucre.

Lo que se avecina para la banda de los cuatro, así denominada por el ex senador José Guerra de la Espriella, conformada por David Guerra de la Espriella, María Victoria Sotto de Guerra, el ex gobernador Julio Guerra, y el incógnito del Rildo Herazo, sí es merecido. Ese es otro cuento, porque el acabose es de marca mayor. Las dudas del negocio de la carretera Sampues- San Benito, en Sucre, donde al parecer hubo miles de millones de pesos en “estímulos”, los programas TIC, el manejo de

Carsucre desde su elección, el nombramiento de maestros, el pago de cuentas, entre muchos otros del periodo administrativo de Julio Guerra, son vergüenza. Las fortunas, que incluso en cierto momento no lo fueron, no se pueden convertir en empresas de lavado de activos, si así fuera el caso, mientras el pueblo sufre las consecuencias del abandono, que los lleva hasta a la desesperanza y la muerte.

¿De dónde salen los edificios, incremento de acciones en empresas de cemento, los parqueaderos, las propiedades que atesoran de la noche a la mañana?
No estamos obligados a escuchar “es que yo siempre he sido rico”, no señores, quien hace ese detrimento al erario, si fue rico o es rico, ahora se le suma el título de hampón.

Jamás la amenaza se convertirá en escudo del opresor.

Coletilla: Fredi Castro Pacheco fue exaltado con el nombramiento de secretario de Tránsito de Sahagún (Córdoba). La eficiencia, eficacia, oportunidad y cordialidad de este funcionario, genera expectativas de cumplimiento. Se puede afirmar que Sahagún tiene secretario de Tránsito comprometido con la población.

Coletilla: En aras de la objetividad, el diputado de Sucre, Pedro Paternina, al proponer a la asamblea otorgar suficientes facultades al gobernador, se anota un acierto pensando en Sucre, lo cual no compromete el control político.

Coletilla: Sincelejo en festividades del 20 de enero. Colombia empobrecida por la devaluación

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