Columna


Cómo entender

Otra medida, que entiendo, es que mientras se mantiene el discurso ambientalista, se arruina el incentivo natural de los vehículos eléctricos, en especial el de las motos.

MIGUEL YANCES PEÑA

08 de septiembre de 2019 09:31 PM

Me está sucediendo como a Marc Anthony en ‘Yo trato’. Mientras él trata de olvidar y no lo consigue, yo trato, y no consigo entender tanta persecución contra las motos: 1) el pico y placa es por día par e impar, con lo cual sólo pueden circular la mitad del tiempo; 2) se les prohíbe salir el segundo y último viernes de cada mes, reduciendo a 13 los días-mes, y si se quitan los 4 domingos por ser días de descanso, el ingreso del mes hay que lograrlo en sólo 9 días de trabajo, y 3) se les prohíbe circular con pasajeros en cada vez más barrios de la ciudad, con lo cual pierden su utilidad como mototaxis, y como medio de transporte (ni un ayudante, en el caso de trabajadores domiciliarios, pueden transportar).

¿En cabeza de quién cabe tanta injusticia? Todas las justificaciones son falaces: que para mejorar la movilidad, depende de cómo la midan (¿la de vehículos o la de las personas?) porque en el espacio que ocupa un carro caben 4 motos con 8 pasajeros; que para reducir la accidentalidad, como si a los moteros les gustara accidentarse (hay otras formas, limitando el cilindraje y la velocidad, por ejemplo); que para reducir la delincuencia, como si esta no proviniera de la falta de ingresos, sino de la maldad intrínseca de los humanos; o que para favorecer el negocio de Transcaribe ¡Bingo!

Pero sucede que Transcaribe, si bien reduce el número de vehículos en las vías al sacar tantos de circulación, daña la movilidad medida como ‘el tiempo que tarda un pasajero ‘i’ en llegar a su destino’. Nunca se podrá superar el costo-eficiencia-beneficio de una moto, pero sí se podría desestimularlas sin necesidad de prohibir su uso como mototaxi, si se crearan nuevas oportunidades de trabajo, y se optimizara el servicio que presta Transcaribe: habría que abaratarlo, crear más rutas, y aumentar las frecuencias para producir efectos positivos en la movilidad humana.

Otra medida, que por más que trato no logro entender, es que mientras se mantiene el discurso ambientalista, se arruina el incentivo natural de los vehículos eléctricos, en especial el de las motos. En otras ciudades, Medellín, por ejemplo, que tiene metro, metro cable, túneles y vías y puentes nuevos buscando mejorar la movilidad como debe ser, se ha creado un subsidio para los taxis eléctricos.

Sin pensar en de quien es el negocio, porque con las motos eléctricas ganamos todos, se podría limitar la potencia del motor: moviéndose a 40 kmh (motor de 800 watios) por ejemplo, no habría delincuentes en motos, tampoco infracciones en la vía, menos accidentes, y menos graves. Para ellas, se podría eliminar todas las prohibiciones de movilidad; simplificar y abaratar la obtención de la licencia para conducir (que debería ser tan fácil como sacar la cédula); ofrecer cursos de señales y normas de tránsito por Internet, y disminuir otros costos, como los de matrícula, SOAT e impuestos.

*Ing. Electrónico, MBA.

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