Columna


Con el perdón de los ratones

ÓSCAR DOMÍNGUEZ G.

13 de abril de 2015 12:00 AM

Cuando se repartió  la belleza los ratones andaban de compensatorio. Por eso les toca decir que uno tiene la cara que puede, no la que quiere.

Los ratones rinden para todo. Si no existiera la jurásica “petite différence” se podrían utilizar para definir el sexo: si un  hombre y una mujer ven al mismo tiempo un ratón, el que sube primero a un taburete… es un macho alfa.

En Pekín 2008 entrenaron ratones blancos como “catadores” de los alimentos y bebidas que debían consumir los atletas.

Semana informa que se experimenta con ellos para prolongar la vida. El médico David Servan-Schreiber, en su libro “Anticáncer, una nueva forma de vida” (Espasa), cuenta de experimentos  con ratas para combatir el cáncer.

“Yo quiero a los animales y no me gusta pensar en todo lo que tienen que sufrir en el curso de ese tipo de experimentos”, escribió. Adhiero.

Monsieur David superó un agresivo tumor cerebral y decidió contar su historia. Hace dos años, dos operaciones y un tsunami interior que me recordó lo frágil que soy, sobreviví a un cáncer, benévolo, amable, al lado del de Servan-Schreiber. No sufrí un carajo. Hasta para enfermarme he tenido suerte de principiante. Tendré que morirme de puro aliviado.

Me copié del siquiatra y neurólogo francés y decidí compartir mi experiencia  en la última revista Bienestar Sanitas 138. También la subí a mi blog www.oscardominguezgiraldo.com

Pensando con las ganas diría que a manera de indemnización por los maltratos ocasionados a la población roedora, el hombre de internet decidió bautizar con el alias de ratón  o mouse el cachivache que pone el mundo a nuestros pies con solo hacer clic. Dependemos del ratón para vivir. (Vivir en la acepción de navegar en internet).

Pero el cuarto de hora de los ratones durará poco: Bill Gates ha pronosticado la jubilación del mouse que será remplazado por órdenes transmitidas verbalmente o mediante el tacto o gestos con la mano.

La hermandad ratoncillesca sirve hasta para mandarle cartas al Ratón Pérez como esta de Susana,  seis años:

“Hola raton Peres estoi muy feliz porque es el primer diente arrancado por mi espero que me lo traiga temprano porque lla estoi en primero y me tengo que levantar temprano”.

oscardominguezg@outlook.com

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