Columna


Conejo social

GIL ALBERTO FALCÓN PRASCA

21 de noviembre de 2014 12:02 AM

Luis Eduardo Garzón, Mintrabajo, presentó las políticas del Gobierno en ese ministerio. Planteó 5 pactos para ser concertados: la erradicación del trabajo infantil, el empleo como servicio público, formación de calidad para el trabajo, formalización laboral y la protección en la vejez.

Las centrales obreras reclaman: ¿Con qué ánimo los trabajadores y las centrales obreras pueden suscribir un nuevo acuerdo con el Gobierno Nacional, si los que firmó no los cumple?

Restablecimiento de los derechos del recargo nocturno, dominicales y festivos.
Exoneración a los pensionados del 8% de la cuota de salud.

Los educadores han firmado el reconocimiento a derechos laborales incumplidos, por ser los profesionales peor remunerados del Estado.

La rama judicial en paro indefinido exige descongestión y aumento de la planta de personal, prima de alto riesgo y respeto del arraigo para el CTI, reforma a la justicia con autonomía judicial.

Las falencias de la Unidad Nacional de Protección, UNP, y las insuficientes medidas que otorga las justifica excusándose en el poco presupuesto, pero en medio de

graves escándalos de corrupción y desfalcos a esta entidad.
Diariamente se conocen noticias sobre hospitales públicos que no tienen presupuesto para funcionar, con mal servicio, muy a pesar de imponer contratos basura a sus trabajadores.

El Estado sigue siendo el empleador con mayor cantidad de trabajadores sin vinculación directa, pues en la mayor parte de las instituciones gubernamentales campean la tercerización y la informalidad.

De igual manera ocurre en frentes de trabajo minero energéticos como el petróleo, el carbón, níquel, las plantaciones de palma, banano, caña y flores, y las grandes plataformas de centros comerciales.

Las transportadoras y los puertos y en general las actividades del sector privado son atendidos por millones de trabajadores a los cuales se les niega la estabilidad laboral, salarios dignos y prestaciones económicas.

Santos lanza la frase “una Colombia educada”, con la privatización y la entrega de la educación a las “alianzas público privadas”, como los neoliberales denominan ahora la privatización.

La paz en Colombia sólo se logra con grandes transformaciones con gobiernos serios, para que haya justicia social y no conejos a los reconocimientos de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca) de los trabajadores.

Llegó la hora de ejercer soberanía, entendida como la sumatoria de las dignidades de los trabajadores, campesinos, indígenas, afros, medios de comunicación y de la ciudadanía en general, cansada de tanto engaño, que posibilite la construcción de una paz duradera.

*CUT BOLÍVAR


cutbolivar@gmail.com

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