Columna


Consejo de Infancia y Adolescencia

CARLOS DÍAZ ACEVEDO

28 de noviembre de 2013 12:02 AM

Acaba de instalarse el Consejo de Infancia y Adolescencia del Distrito de Cartagena, integrado por 27 niños, niñas y adolescentes participantes de diversas organizaciones sociales de la ciudad, quienes se posesionaron ante personas y altas personalidades adultas que sacaron tiempo de sus apretadas agendas para ser testigos de su juramento como consejeros. Personas y personalidades como el alcalde mayor de Cartagena, Dionisio Vélez, el director del ICBF en Bolívar, Jorge Redondo, la secretaria distrital de Participación y Desarrollo Social, Rocío Castillo, la representante del Subcomité de Infancia del Consejo de Política Social de Cartagena, Shirley Navarro, y de Milady Niño de la Unidad de Infancia, Juventud y Familia de la Secretaría de Participación, quienes intervinieron en el acto.

Cumpliéndose así la etapa más fácil de este proceso de participación de la niñez y la adolescencia cartagenera con las palabras de compromiso por parte de las altas personalidades, el juramento de los consejeros y las palabras de uno de estos en nombre de los demás, las fotografías, las notas de prensa, etc. Porque lo más peludo viene ahora, que los pelaos se encuentren periódicamente, las personas y organizaciones que los acompañan los sigan acompañando, los adultos tomen en serio al Consejo, a niños, niñas, adolescentes, sus derechos, política pública “Voces escuchadas, voces que deciden”, Código de la Infancia y la Adolescencia y Convención de los Derechos del Niño.

El problema realmente no es elegir e instalar el Consejo sino dinamizarlo para que efectivamente sea un espacio de encuentro, de construcción, de autonomía y de participación de niños, niñas y adolescentes entre los 9 y los 16 años, para que en verdad sea una instancia consultora de los gobernantes en temas de ciudad, como se pretende que sea, y no pase con esta lo que ha sucedido con el Consejo Distrital de Juventud y con muchas otras instancias consultivas que son elegidas, instaladas y luego nadie vuelve a saber de ellas, ni siquiera las propias personas que las integran. Los pelaos pequeños no perdonarían nunca, ni  jamás se les olvidaría el hecho de que con su Consejo pase lo que ha pasado con otros. Con los pelaos pequeños no pasaría lo mismo que con los pelaos y las peladas más grandes y viejas que todo lo perdonan y se les olvida.

Para que el acto de posesión del Consejo de Infancia y Adolescencia no quede en una actividad solo para la foto se requiere que las personas y altas personalidades adultas, empezando por el niño Dio-nisio y por Milady Niño, se comprometan con más espacios, tiempos, planes, programas, recursos dirigidos a la niñez en el presupuesto del distrito, consejos locales de infancia y adolescencia, rendición de cuentas a niños, niñas y adolescentes, etc.


*Lingüista, Literato y Comunicador para el Desarrollo

puntos_de_encuentro@hotmail.com

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