Columna


Consulta liberal y acuerdos

DARÍO MORÓN DÍAZ

18 de noviembre de 2017 12:00 AM

El domingo 19 de noviembre se realizará la consulta para escoger un candidato liberal entre Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo. Las consultas son fundamentales en las democracias. A excepción del Partido Liberal, el Centro Democrático, el Partido Conservador y otras agrupaciones desconocieron ese mecanismo.

Las consultas se realizan en: Estados Unidos, llamadas primarias; en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil e inclusive en la zarandeada Venezuela; en España, Francia, Inglaterra, Holanda, en fin, la Unión Europea. Las consultas no son contrarias a las disposiciones constitucionales como opinan algunos ignorantes. En la consulta liberal los demócratas, los liberales, de centro, de la izquierda, los intelectuales, los artistas, estudiantes, obreros y los campesinos desplazados, pueden participar y contribuir a escoger un candidato único que liderará una gran coalición que se oponga al populismo de la derecha que nuevamente intentará sacar ventaja de las enseñanzas de Juan Carlos Vélez, del Centro Democrático: engañar con falacias, sofismas y falsedades a las gentes más humildes, en las elecciones de 2018.

A manera de digresión en esta breve columna no debo dejar de comentar y señalar que contra la paz no sólo están los ya identificados enemigos, sino ahora también se agregó el Congreso, que está ejerciendo una especie de “Gobierno del Legislativo”. Los congresistas ponen palos a las ruedas de la Justicia Especial de Paz (JEP) con proposiciones claramente anticonstitucionales como el de las inhabilidades a los magistrados de la JEP, inclusive la ahora inefable Corte Constitucional, que es la antítesis de aquellas primeras cortes: sabias e incorruptibles, prohíjan la impunidad a terceros civiles, amén de extender los fueros a diestra y siniestra.

En América, Colombia es el segundo país en desigualdad y pobreza después de Haití con dos sectores bien definidos: un sector rural víctima de más de cincuenta años de violencia y el otro urbano de aquellos ciudadanos que miran la guerra fratricida a través de los noticieros de la televisión en sus hogares, dejando como secuela, después de más de cincuenta años de violencia cotidiana, la insensibilidad y la indiferencia.

Hasta cuándo el presidente de la República permitirá que le obstaculicen los acuerdos de paz. Es una conducta pérfida, como la llamó Humberto de la Calle, por ser unas maniobras rabulescas e indignas.

En la consulta liberal es vital que se escoja a Humberto de la Calle, el candidato con mayor perfil de estadista que es capaz de integrar la gran coalición que debe enfrentar al populismo de derecha que promueven ciertos movimientos proclives a los gobiernos autoritarios en probado contubernio con el paramilitarismo y todo tipo de violencia.

 

 

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