Columna


Crecimiento, educación y corrupción

RICARDO TROTTI

11 de diciembre de 2013 12:02 AM

Como los conquistadores a los indígenas, varios líderes latinoamericanos engatusan a la gente con espejitos y mostacillas. Alardean sobre logros económicos de corto alcance; pero evaden hablar del crecimiento que, a largo plazo, pasa por combatir la corrupción y mejorar la calidad de la educación.

Acomodaticios, los espejitos se usan por doquier. El presidente Juan Manuel Santos, pasó esta semana por EE.UU. mostrando mejores índices de empleo y una educación gratuita y general, sólida base para su reelección. La probable presidente de Chile, Michelle Bachelet, promete una reforma constitucional con educación universitaria gratuita y la brasileña, Dilma Rousseff, fantasea con un país sin analfabetos y menos desigual.

La realidad es otra. Las mediciones divulgadas esta semana sobre la percepción de la corrupción de Transparencia Internacional y las de educación Pisa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestran una América Latina corrupta y con educación deficiente.

Ambos índices son relevantes por sí solos, pero también combinados. No es casualidad que los países menos corruptos son los que tienen más calidad educativa y, a su vez, los de mayor crecimiento.

De muestra están los “tigres asiáticos”, que en un par de décadas se transformaron siguiendo el ejemplo de Japón, un país que, devastado por la Segunda Guerra y la corrupción, se hizo potencia gracias a su estrategia de desarrollo que incluyó un sólido cimiento en la escuela primaria, combinando matemáticas con el valor de la honradez.

Hoy, Japón y los “tigres asiáticos”, Singapur, Corea del Sur, Hong Kong y Taiwán, superaron a los demás en el ranquin de PISA que mide la eficiencia de alumnos de 15 años en matemáticas, lengua y ciencias; mientras destacaron como poco corruptos en la lista de Transparencia.

América Latina, en cambio, se sigue comportando como gatito. Perú fue el peor país en la lista de educación, seguido por Colombia, Argentina, Brasil, Costa Rica, Uruguay, México y Chile. Mientras en corrupción, Argentina, Colombia, Perú, México, Ecuador, Panamá, Bolivia no alcanzan ni 40 puntos de una lista en la que se destaca Dinamarca con 91 sobre 100.

Los buenos índices económicos de hoy están más atados a tácticas transitorias como el alto precio de las materias primas, que al desarrollo tecnológico y a la innovación. Su transitoriedad lo demostró este jueves la CEPAL, al anunciar un incremento de la pobreza en la región.

Si bien la CEPAL no especificó qué se necesita para que los países hagan un “cambio estructural en sus economías para crecer de forma sostenida”, es lógico que la mala calidad educativa y la corrupción conspiren contra esa visión. Sería importante que las pruebas PISA también pudieran medir la enseñanza de los valores humanos en las escuelas, un elemento que fue fundamental para el desarrollo de Japón.

trottiart@gmail.com

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