En nuestra democracia de papel, aún en pañales, detenida en el tiempo, la corrupción gusta, vale y gana elecciones, porque produce beneficios a los votantes, estos permutan sus votos, por una orden de prestación de servicio, algunos para continuar en la nómina y otros, reciben por ese medio la paga, que compensa el apoyo realizado. Ese es el sistema que condiciona el derecho al trabajo, y se convierte en una manera de subsistir en un medio en donde el desempleo es una realidad.
En esta misma seudodemocracia, están otros que reciben las mejores tajadas, los financistas, los de los grandes contratos, los que ganarán las ilicitaciones públicas, estos son el verdadero poder dentro de las alcaldías y gobernaciones, mafias, que hacen los grandes negociados, convirtiéndose en propietarios de los dineros públicos de la función pública y de esta parte importante del Estado.
Es por ello que la corrupción vale, gusta y gana elecciones, a quienes viven de ella, sobre todo aquellos que invierten ríos de plata, que en muchos casos salen de las mismas alcaldías, gobernaciones y de entidades públicas, dineros que sirven para postular a candidatos de sus preferencias, los cuales resultan en la mayoría de los casos ganadores.
La corrupción vale, gusta y gana elecciones, porque, el método ha resultado victorioso, tantas veces exitoso, otorga dinero, riqueza y prestigio a estos gobernantes, considerados reyes, porque además, ejercen el gobierno en palacios. Lenguaje feudal, monárquico y colonial, aún en vigencia, en un país, en donde hay muchos principados y subsisten muchas formas de esclavismo.
Por ello en este estado de cosas, no resulta nada sorprendentes, las informaciones dadas por el Vice fiscal General de la nación, Jorge Fernando Perdomo, de destacada labor en la persecución de los delitos contra la administración pública, que informan que muy a pesar que 637 candidatos a la alcaldía, tenían indagaciones por presuntas conductas punibles, nada afectó sus aspiraciones, porque resultaron electos, no obstante la gravedad de algunas investigaciones, como cohecho, contratación irregular, fraude procesal, concusión, concierto para delinquir, homicidio, hurto, violencia intrafamiliar y delitos sexuales, entre otras.
La realidad descrita anteriormente, es más dramática, porque, según investigación realizada por la Fundación Paz y reconciliación, concluyó que “ el debate electoral que se ha vivido en 2015 puso una vez más en evidencia, las relaciones que desde mucho tiempo atrás se han venido tejiendo entre clanes políticos regionales, actores ilegales, pero también con agentes contratistas, dando origen a mafias de corrupción política y administrativa que han capturado la función pública en municipios y departamentos, que año tras año han crecido al punto en que hoy día hacen difícil su expulsión, porque estas no solo se han limitado a hacer elegir a sus grandes aliados o familiares, sino que además realizan nombramientos en puestos claves y se encargan de que la persona que
se escoja para dirigir los órganos de control municipales y departamentales (Contraloría y Personería), sean de su cuerda, lo mismo que la mayoría de concejales.”
Estas realidades no son nada alentadoras, pero creemos que frente ellas, la sociedad civil, ha comenzado a reaccionar, no solo en Colombia, sino en todo el hemisferio, España, es un ejemplo de ello, en donde lo partidos tradicionales, han comenzado a perder poder, por parte de nuevos movimientos ciudadanos.
Adenda: Ilegal, inconveniente y sospechosa la venta de Isagen. No es neoliberalismo es Neo-corrupción.
Comentarios ()