Con casi siete años aplicando la política de restitución, la Unidad de Restitución de Tierras le ha mostrado al país otra cara del Estado colombiano; un Estado que cumple, gana su confianza y devuelve la esperanza a miles de familias que, huyéndole a la guerra, se instalaron en zonas marginales urbanas y ahora vuelven a vivir del campo de acuerdo a su vocación.
Por eso, asombra que se divulgue información con una lectura errada de la realidad, deslegitimando y creando duda sobre lo que la Unidad de Restitución de Tierras viene haciendo con tanto esfuerzo. Sin embargo, las cifras alcanzadas hablan por sí solas. A la fecha, se han identificado más de 1.000.000 de hectáreas de tierra con afectaciones a causa del conflicto armado; 300.000 ya fueron devueltas a sus legítimos dueños; más de 500.000 están en los despachos de jueces o magistrados próximos a sentencia; y 200.000 pronto llegarán a dichos despachos como nuevas demandas.
La Unidad ha recibido alrededor de 114.000 solicitudes de restitución, ha avanzado sobre más de 86.000, logrando un importante 76% de solicitudes atendidas. Esto, gracias al respaldo de nuestra Fuerza Pública, que ha habilitado gran parte de la geografía nacional para la aplicación de esta política.
La restitución le apunta a la sostenibilidad. Por tanto, reporta también inversión en iniciativas productivas a lo largo del país, así como el apoyo a cientos de familias para su asociatividad. Muchas de ellas, ya exportan sus productos a países como España, Bélgica, Japón, Estados Unidos y Australia.
Ahora, sobre las solicitudes recibidas, si bien el Conpes 3712 de 2011 estimó en 360.000 las solicitudes que se podrían recibir, nuevos estudios de entidades respetadas como el Banco Mundial, USAID y CODHES, afirman que existe un rango de entre 122.000 y 150.000 posibles solicitudes durante la vigencia de la ley, lo que rectifica desde diversas perspectivas la cantidad estimada en dicho Conpes.
Esta política ha marcado un hito en la aplicación de la justicia en el campo colombiano. Litigios por la tierra a cargo de jueces civiles tardaban entre 8 y 10 años. Hoy, con la política de restitución de tierras, duran máximo un año en ser resueltos.
Con el apoyo de la Unidad de Restitución de Tierras, la vida ha regresado a muchas familias y regiones con progreso y alegría. Así, sin parar, continúan las decisiones que devuelven las tierras, los derechos y la esperanza a quienes habían sido condenados a una vida indigna por voluntad de los actores armados que obraban como juez y parte en el territorio nacional.
*Directora (e) Unidad de Restitución de Tierras
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