Columna


Depende, todo depende

JAIRO USECHE

31 de marzo de 2017 12:00 AM

¿Necesitamos profesores doctores en las universidades de Cartagena? Depende. Depende de lo que queramos para nuestra ciudad. Las sociedades desarrolladas avanzaron (y avanzan) a partir del conocimiento científico. Las grandes universidades lo son porque fueron creadas por la sociedad a la que sirven como medio para formar a las nuevas generaciones y como centros de pensamiento y de investigación que ofrecen soluciones a sus problemas.

En ese contexto, el éxito de una universidad depende del respaldo de la sociedad a la que sirve, sin condicionamiento distinto al de cumplir con su misión fundacional. De esta forma, con el tiempo, se vuelven patrimonio colectivo.

Dada la labor social desarrollada por la Universidad de Cartagena y la Universidad Tecnológica de Bolívar, ampliamente reconocidas como formadoras de capital humano de alta calidad, la ciudad debe volcarse con mayor decisión a respaldarlas, apoyando su expansión y fortalecimiento. ¿Por qué no darle la mejor educación superior a nuestros hijos en su propia ciudad? ¿Por qué ceder capital humano de excelencia que deberíamos valorar y retener como colectivo?

¿Qué tienen que ver los profesores doctores (y, por tanto, la investigación) con todo esto? Primero, necesitamos expertos para estudiar los problemas complejos que tenemos que resolver; segundo, queremos los mejores profesores para nuestros hijos y, por último, deseamos una ciudad que genere conocimiento como fuente de riqueza. Por eso es una lástima que Cartagena no mire suficientemente el potencial que representa el cuerpo de profesores doctores con que cuentan sus universidades.

Los profesores doctores se forman para generar conocimiento, esencial para desarrollar sociedades sostenibles. La solución a los complejos problemas sociales y económicos que nos aquejan (cambio climático, por ejemplo) requieren abordajes novedosos, basados enteramente en la generación de conocimiento específico acorde a nuestra realidad.

Debemos lamentar que los fondos de las regalías destinados a ciencia y tecnología no se hayan utilizado para el fortalecimiento del desarrollo científico y de las universidades. Esto demuestra que Cartagena (y el país) no valora suficientemente el papel estratégico de sus universidades para asegurar su viabilidad futura.

¿Necesitamos doctores en las universidades? La respuesta definitiva es que depende de cómo la ciudad vea su futuro y de qué tanto entendamos que el conocimiento es el pilar para el desarrollo y sostenibilidad de las sociedades modernas.

*Profesor titular de la Facultad de Ingeniería, UTB


juseche@unitecnologica.edu.co
 

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