Columna


Desde el exilio

JORGE RUMIÉ

16 de septiembre de 2016 12:00 AM

Lo que ahora voy a contarles obligó a mi exilio. Así como lo oyes, mi amigo lector, me tocó empacar y venirme a vivir a Mahates. Todo para poder referirles una historia “confidencial”.

La cosa se inicia con una señora llamada Carmen Villa, cuyo nombre fue modificado por razones de inseguridad. Según los registros que me dejó la inteligencia militar, la señora fue secuestrada en el 2010 por el “Mono Jojoy”. Pasados unos meses, la familia Villa recibió un comunicado de las Farc pidiendo 5 millones de dólares por su rescate. La familia respondió que “entregaban ese dinero, pero con la condición que se quedaran con ella”. De parte de “Jojoy” hubo un silencio prudente y luego contestó: “Farc  aporta 5 millones y regresa la retenida. Favor aceptar. Estamos desesperados”. Pero la familia no respondió. El 10 de septiembre de 2010 muere “Jojoy” en la selva.

Pasado un tiempo, la familia recibió un nuevo correo de las Farc, firmado ahora por Alfonso Cano. La misiva decía: “Vean señores, sean serios, subimos a 10 millones, pero es perentorio la devolución  de ella”. Según el reporte, la familia respondió “que ellos podían pagar ese dinero, encimar dos fincas ganaderas, pero que se queden con ella”. El día 04 de noviembre de 2011 muere Cano en la selva. Doña Carmen fue liberada. 

Con semejante episodio, el ministro de Defensa informó al presidente Santos de lo ocurrido. Él  mismo solicitó un perfil sicológico de la señora y lo recibió con el siguiente diagnóstico: “Persona muy inteligente y con aptitudes excepcionales para intrigar, confabular y cizañar. Tiene una mezcla de personalidad entre Freud, Rasputín y Maquiavelo. Y aclaramos: no para de hablar y tiene tono de voz alto y aflautado.”     

Santos se emocionó y le dijo a su ministro “que había llegado el momento de negociar con las Farc. Que el plan sería nombrar un equipo de negociadores que sirva para la foto, pero en secreto involucramos a doña Carmen”. Y así fue. Santos convino unos honorarios con ella que le serían consignados en los “Panamá Papers”, y luego viajó a la Habana. Desafortunadamente, nunca pudo actuar, porque la señora se volvió asidua de los círculos de los hermanos Castro, comenzó a intrigar y al ratico Fidel y Raúl se pelearon a muerte. Enterados los militares en Cuba, le pidieron a Santos que “sacarán esa bomba nuclear del país”.

El resto es historia y ya podemos entender qué nos pasó con los acuerdos de paz. Nota: doña Carmen fue trasladada a Turquía, pero enseguida hubo golpe militar. Dicen que las campañas de Trump y Clinton andan preguntando por ella…
jorgerumie@gmail.com

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