Columna


Desigualdad en el ingreso en Colombia

JAIME BONET

09 de abril de 2017 12:00 AM

En una región que es la más desigual del mundo, Colombia ocupa los primeros lugares en la inequidad en la distribución del ingreso. Hay algunos elementos que llevan a pensar que esta situación no mejora lo suficiente y que las políticas requeridas para corregirlo se siguen postergando. Por ejemplo, en un estudio sobre las ganancias sociales en América Latina, el Banco Mundial encontró que Colombia fue el único país de la región en el cual, durante el periodo reciente de bonanza, el crecimiento del ingreso del 40% más pobre creció menos que el ingreso promedio nacional.

Como resultado del buen desempeño económico de los últimos años, la pobreza en el país cayó a la mitad. Sin embargo, la inequidad en el ingreso no mostró una tendencia similar ya que, de acuerdo con el Banco Mundial, el índice Gini únicamente cayó de 0,55 en 2008 a 0,53 en 2012. El dato más reciente del DANE fue de 0,51 para el 2016, un valor que sigue siendo alto.

Al parecer el gasto público social y la política tributaria tienen muy poco efecto en la reducción de la desigualdad en el ingreso. En un estudio para 17 países de la región en 2011, la Cepal encontró que el índice Gini de Colombia cambió de 0,531 a 0,520 luego de la intervención del Estado. Cuando se revisan los elementos de política (pensiones, transferencias en efectivo, impuesto al ingreso personal y cobertura de seguridad social), las pensiones, antes que reducirlo, incrementan el índice de 0,531 a 0,537. Ello implica que el gasto público pensional es regresivo, ya que está dirigido en una alta proporción a individuos de altos ingresos. Al agregar las transferencias en efectivo, el índice Gini se mantiene estable, mientras que al considerar el impuesto al ingreso personal y el gasto en seguridad social tiene una pequeña reducción.

Otro indicador que ayuda a entender la poca incidencia de la política fiscal en la inequidad del ingreso es la relación entre los más prósperos y los más rezagados.

Cuando se consideran los ingresos sin transferencias del gobierno, el ingreso promedio de los más ricos es 34,6 veces el ingreso promedio de los más pobres. Al adicionarle las pensiones a ese ingreso, la relación aumenta a 39,1, mientras que las transferencias en efectivo lo reducen a 36,1 y el impuesto a las rentas personales y el pago de la seguridad social lo hace a 33,7.

Para que la política fiscal tenga un impacto redistributivo, la estructura de impuestos debe ser progresiva, disminuir la regresividad del sistema de pensiones, y focalizar mejor el gasto social, subsidios y transferencias de manera que lleguen a los más pobres y vulnerables. Aquí el país tiene una tarea pendiente.

 

jbonetmo@banrep.gov.co

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