Columna


Detrás de la crisis

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA

06 de septiembre de 2015 12:00 AM

De regreso de Villanueva a Valledupar, en plena crisis, viajaba con algunos ganaderos, cuando, acabando de pasar un retén militar, fuimos obligados a detenernos por lo que parecía la avanzada de algún personaje y resultó ser –sorpréndase, amigos lectores– una caravana de contrabandistas de gasolina, de ¡ochenta camiones! que salieron veloces de una finca por donde, seguramente, burlaban por las trochas el retén del cual estaban avisados.

¿A qué viene esta historia? A que, sin duda, esos hombres armados hasta los dientes, no hacen parte de los “peligrosos contrabandistas” que hemos visto cruzar la frontera con sus bártulos y su pobreza a sus espaldas; desarrapados pero con capacidad para amenazar la economía venezolana, razón que esgrimió Maduro para demoler sus casas, hurtar sus pertenencias y expulsarlos de su país en condiciones violatorias de los derechos humanos.

¿Quiénes están detrás de la crisis?  Todo el mundo lo sabe a ambos lados de la frontera, comenzando por los dos gobiernos y el de Estados Unidos. De este lado, el narcotráfico, sin la talanquera del glifosato, al amparo de la ausencia estatal y en manos de bandas criminales y sus aliados: Farc, ELN y EPL, estructuras armadas con control territorial, que han incursionado en el contrabando, de ganado inclusive; que corrompen autoridades, dominan el transporte y las carreteras, las ciudades y la inmensa zona rural fronteriza.

Quien no quiera ver, que no vea, sobre todo las ONG que pretenden mostrar la Zona de Reserva Campesina del Catatumbo como un remanso de paz, algo bien diferente a lo que vimos en el trabajo investigativo del Canal RCN sobre esa apabullante presencia de la ilegalidad, con cultivos de coca por doquier, con el vergonzoso aislamiento por el atraso en infraestructura; con campesinos que son minidelincuentes a la fuerza, aferrados por necesidad a la coca y al control social de los amos.

Del otro lado de la frontera está un régimen que se cae a pedazos por la condición disoluta de sus élites, disfrazadas de socialistas pero aferradas al poder que emana del desorden social y la corrupción; funcionarios del alto rango que instalaron el narcotráfico en su país; dando refugio a guerrilleros y narcotraficantes de verdad, mientras deportan a delincuentes de mentiras.

The Wall Street Journal, The New York Times y el ABC de España, reportan las investigaciones de la justicia estadounidense contra el “Cartel de los Soles” liderado por Cabello, con participación del gobernador del estado Aragua, El Aissami; el ex director de inteligencia militar, Carvajal; el comandante de la Guardia Nacional, Reverol y el director del Servicio Aduanero –¡qué conveniente!– y hermano del líder, José David Cabello.

Colombia no exporta narcotráfico y delincuencia hacia Venezuela; fueron los cuadros del Socialismo del Siglo XXI quienes los importaron para su provecho. Colombia tiene graves problemas de narcotráfico y terrorismo, es innegable, pero como bien dijo el presidente Santos, “los problemas de Venezuela son hechos en Venezuela”.

*Presidente Ejecutivo de Fedegán

JOSÉ FÉLIX LAFAURIE RIVERA
@jflafaurie

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