A pesar de que los diferentes nombres que puede recibir esta fecha del 12 de octubre para el mundo, los pueblos originarios de América coinciden en señalar que no es para celebrar sino para denunciar y no olvidar genocidios de la humanidad.
El 2017 podría quedar en la historia como el año de la corrupción, ya no es el escándalo del año ni del mes, sino el de la semana.
Las sucesiones de revelaciones han hecho que los temas de la paz pasen a un segundo plano: Odebrecht, Reficar, regalías de Córdoba, Guajira, las mafias de la toga, y las grabaciones de la administración del distrito de Cartagena.
Las raíces de la corrupción el país cree siempre tenerlas claras: politiquería y clientelismo, financiación de campañas por contratistas, sin hacer nada para evitarlo.
La degradación de los valores y la ética, de manera creciente el soborno transnacional que cooptan autoridades en cabeza de alcaldes y concejales, operadores de la justicia y al sector privado.
Lista Clinton, la ineficiente gestión de control interno, “ías” y veedurías, porque son los mismos con las mismas, no importa si están presos o inhabilitados.
Incumplimientos del MEN, los gobiernos nacional, departamental y distrital, a los acuerdos colectivos, pésimo estado de la infraestructura de los colegios.
Despidos ilegales de los alcaldes de Marialabaja, San Estanislao de Kotska y Calamar, desconociendo el derecho de sindicalización y la negociación colectiva. Los despidos Hotel Caribe, Hotel Decameron, empresas contratistas de la Sociedad Portuaria y Contecar.
Los asesinatos de 13 presidentes dirigentes comunales en los últimos 8 años, corrupción alcaldías y gobernaciones, despojo a las comunidades del parque en la Troncal, y la denuncia al cartel de la toga.
La política antisindical y absurda de Javier Alonso Lastra Fuscaldo, agente interventor de la Superservicio en Electricaribe, llamando a descargo a 21 trabajadores por estar afiliados a tres sindicatos y presentar pliegos de peticiones.
Incumplimientos a los pensionados de bajar del 12% al 4 % la cotización en salud; incumplimientos en formalización laboral y ampliación de la planta de personal del Sena, Bienestar Familiar y Mintrabajo.
La vergüenza que en la otra Cartagena, el transporte público se cubre con vehículos en mal estado, sus autoridades los han abandonado a su suerte.
Hay competencia desleal a los taxistas, inseguridad en todos los barrios sin soluciones de fondo.
Exhortamos al Procurador, Fiscal, Contralor Nacional, no sigan cohonestado por acción u omisión con tanto show, que terminan en casa por cárcel o en la impunidad.
A las comunidades y personas de bien, a sus organizaciones, a seguir con la campaña “No se quede callado, denuncie”.
*CUT COLOMBIA
COLUMNA SINDICAL
cutbolivar@gmail.com
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