Columna


Diferencias que unen

CÉSAR PIÓN GONZÁLEZ

13 de octubre de 2015 12:00 AM

Algunos políticos, periodistas y ciudadanos, hacemos muchas críticas para fortalecer nuestras tesis e intereses.

Catalogarse de apolítico es una posición política, y mientras nos trepamos como la veranera, nos desparramamos cual patilla; con grandes propiedades, pero siempre creciendo en el suelo. La política es parte de nuestro diario vivir, quienes reglamentan el suelo, legislan, ejecutan propuestas e inversiones, son los políticos. Pero ha sido una actividad llena de grises porque hechos tan claros no pueden desconocerse.

Nuestra sugerencia siempre será a no ser apáticos con la palabra, ni con la vocación. Pero sí un abogado estudia las leyes y un médico la ciencia, los políticos también debemos estudiar la administración pública.

Las comparaciones estadísticas con otras ciudades son frecuentes,  pero más allá de dar ‘sulimbas’ y aparte de criticar, ¿qué haces por Cartagena? Diría que casi nada. La respuesta es bien sencilla, destacamos diferencias en vez de coincidencias.

En este sentido tiene gran responsabilidad la educación. Si desde pequeños sólo les enseñamos a nuestros hijos lo que nos diferencia, les privamos de todo lo que pudiera unirnos. ¿Cómo entenderán ser parte de una sociedad? ¿Cómo transmitirles que es mejor decir lo hicimos que lo hice?

No desconocemos que esta pedagogía se da a través de medios convencionales y otros que no lo son tanto, pluma, micrófono, políticas en combinaciones público-privado, e incluso, la siempre popular radio bemba. La ciudad reclama en voz alta un proceso de cultura ciudadana vitalicia y reconstituyente. Decían los abuelos “dime con quién andas y te diré quién eres”- En nuestro contexto local la frase pudiera tener un giro. Hoy exclamaríamos, “dime qué sociedad deseas y te diré la educación que debemos impartir”.

Colombia intenta un proceso de paz en La Habana sin perder la capacidad bélica de sus tropas, y hoy invito a trabajar para reducir las brechas conceptuales, sin perder la objetividad y la crítica; lo mismo que nos une como oportunidad de crear una Cartagena solidaria, incluyente y que priorice a las personas, no al hierro, ladrillos y concreto.

Los humanos no solo se mueven por comentarios, sino por estímulos; algo de positivo habrá en los habitantes de este planeta multiétnico. Es momento de crecer organizando las cualidades que atraen nuestras buenas energías, lo creativo, lo ingenioso, lo histórico, todo aquello que conduzca a sentir amor por nuestro corralito de piedra, la más limpia, sin riñas, la más amable, paraíso histórico y la más educada. Por eso participa del proceso político este 25 de octubre y elige bien. Cartagena necesita gente preparada, asume el reto de apoyar la transformación.

clamuro13@gmail.com

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