Columna


Dígale adiós a la vacilación en su empresa

ROBERTO FORTICH MESA

19 de diciembre de 2014 12:02 AM

Diciembre es el momento indicado para adoptar una lista de resoluciones para el año nuevo. Contemplar un comienzo de año con una gerencia de carácter más resuelto puede ser lo mejor para su empresa. Empiece el 2015 con las riendas cortas en su negocio.

En alguna época el apego a decisiones gerenciales unilaterales era el común denominador en las empresas. La palabra del gerente se respetaba con el acuerdo tácito de que las victorias serían de toda la empresa y la derrota era responsabilidad de la cabeza. Las empresas funcionaban como equipos de fútbol en los que el director técnico era el gerente.

Hoy lo que vemos es completamente diferente. No se habla de jefes sino de líderes. No hay metas sino tableros de indicadores. Las decisiones estratégicas son ambiguas y pasan aguadas por el filtro de un comité de asesores expertos, diluyendo a veces las responsabilidades.

Pero por muy vanguardista que sea su organización, siempre llegan tormentas que traen crisis ineludibles. En esos momentos es sano que haya sacudones y la persona llamada a responder es el gerente. Cuando está en juego la supervivencia de la empresa desaparecen los organigramas horizontales y alguien se tiene que ganar una vaciada cuando la embarra.

Si usted ha pospuesto por años las decisiones difíciles, reflexione por un minuto. Puede ser un recorte en la empresa, o la imposición de altos estándares, o la declinación de una oportunidad que usted sabe que no será buena para la compañía. Tomar aquella esquiva decisión y hacerlo con determinación puede ser un punto de inflexión para su carrera como gerente. Usted no será ni el primero ni el último líder a quien le toca ponerse el sombrero de jefe a la antigua. Para ello existen algunos criterios que le serán útiles.  

Si su negocio está en un sector en el cual la seguridad y la calidad son preocupaciones esenciales (por ejemplo, plantas nucleares o lanzamientos espaciales) a la gente hay que decirle lo que tiene que hacer. Los manuales deben ser estrictos y ser seguidos al pie de la letra. 

Sin embargo, si su empresa se desenvuelve en un ambiente de innovación y pensamiento emprendedor, dígale a la gente lo que no debe hacer. Por ejemplo, en Apple en la primera década del nuevo milenio, su gerente Steve Jobs sostuvo contra viento y marea que la empresa no fabricaría PDA (Personal Digital Assistants). 

Esto no significa una restricción a la creatividad de los empleados pero sí impone límites claros. Despida el año dejando atrás las vacilaciones, fije límites y explique al personal las razones que lo motivan.

*Profesor de la Facultad de Economía y Negocios, UTB 

rfortich@unitecnologica.edu.co

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