“Es inexplicable el daño psicológico y físico que genera un maltrato en una mujer y, aún más, en una niña. No ríen igual, no hablan de la misma forma y mucho menos sienten igual. Esto fue lo que presuntamente le sucedió a una menor de 8 años en el barrio Santa Rita”, arranca diciendo la noticia “Menor de 8 años reveló a las autoridades que un vecino la tocó repetidas veces”, publicada por El Universal el pasado 17 de junio.
Como habitante de este barrio, específicamente de la Urbanización Los Comuneros donde presuntamente ocurrieron los hechos, como vecino de la niña y del presunto abusador, me siento en la obligación de dar mi opinión, de decir inicialmente que el daño psicológico y físico que genera el maltrato y el abuso no solo es personal, en el cuerpo de la mujer y niña sino que también en el cuerpo familiar, comunitario y social.
De igual forma el dolor o el malestar lo siente la pequeña que lleva una semana hospitalizada, sus familiares, lo siento yo, muchos vecinos y vecinas, incluyendo a niños y niñas, y organizaciones del sector. El dolor también es comunitario y debería ser social y ciudadano. En este sentido, no solo la niña debería recibir tratamiento, también debería recibirlo la familia de esta y la comunidad que están conmovidas. Por ello solicito a las autoridades competentes para que urgentemente intervengan de manera articulada entre ellas y con las organizaciones comunitarias y sociales presentes en el barrio.
Como defensor de los derechos humanos de la niñez, exijo no solo una investigación exhaustiva sino pronta del caso de la pequeña y de otros presuntos casos que se mencionan en el barrio, porque una investigación demorada haría más daño a la niña, la familia y la comunidad quienes tenemos derecho a la verdad, la justicia, la reparación y a la no repetición, entre otros derechos. La grave situación amerita acciones urgentes, prontas y justas, públicas y privadas, de atención, prevención, educación, investigación, defensa, sanción y restitución de derechos.
Como hombre digo que no tolero ni justifico la violencia, el maltrato ni el abuso sexual contra las mujeres, las niñas y los niños e insisto en la convocatoria a otras personas y organizaciones a hacer parte del equipo que trabaja por el derecho a una vida libre de violencias y contra la impunidad, que se mueve por familias, barrios, colegios, medios de comunicación y una ciudad ‘Un Metro diez’, a la altura de los niños, las niñas y sus derechos humanos.
Como persona espero la pronta recuperación de la niña, la familia y del barrio Los Comuneros, de otros niños, niñas, familias y barrios que están siendo víctimas del abuso sexual y de otras formas de maltrato y violencia.
*Lingüista, Literato y Comunicador para el Desarrollo
puntos_de_encuentro@hotmail.com
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