Columna


¿Dónde está el dinero del pueblo?

HÉCTOR HERNÁNDEZ AYAZO

24 de noviembre de 2013 12:02 AM

Nuestros gobernantes llaman rendición de cuentas a un espectáculo propagandístico en que fuerzan circunstancias y hechos para aparecer como los creadores del universo y autores de cuanto evoluciona bien, eso sí, con esmerado cuidado de ocultar falencias y de exponer qué hicieron con los recursos públicos.

Lo responsable en una democracia es que el gobernante diga qué recursos ha administrado y qué ha hecho con ellos. Una rendición de cuentas no es un himno narcisista para disfrazar realidades y engañar a los gobernados; debe ser un ejercicio de honestidad en que se informe de la aplicación de los dineros de los contribuyentes, de las motivaciones del gasto público, de las políticas desplegadas y de los fines que orientan la administración.

En el caso de Cartagena el Alcalde informa que entregó viviendas sin reconocer qué administración las construyó, anuncia que va a cobrar lo que nadie ha podido recaudar o sea la bicoca de $500 mil millones adeudados por impuesto predial sin indicar la fórmula milagrosa para hacerlo, cuenta de incorporaciones al presupuesto de sumas superiores a $100 mil millones como si fueran un hallazgo mágico de esta administración pero sin decirnos quién las aporta, apunta en su libreta de éxitos la recuperación de la Certificación en Salud sin hacer memoria de las gestiones de sus antecesores y, en fin, toca otros aspectos más, todos enderezados a hacer brillar la imagen del gobernante local.

Si se confronta la propaganda con la realidad, los logros exaltados son magros y casi todos de compartida autoría. Más veraz habría sido que el Alcalde, con humildad que se echa de menos, indicara cuáles de esas realizaciones son simples cosechas o continuaciones de lo que hicieron sus antecesores.

Como muchos habitantes de esta ciudad, antes heroica por su valentía y hoy por su resignación, hubiese querido escuchar al Alcalde decirnos muchas más cosas sobre el manejo de nuestros tributos, pues al examinar su balance es legítimo preguntarse ¿dónde han ido a parar los dineros recaudados por el Distrito?

Muchísimos habitantes de la ciudad queremos que nos diga el Alcalde cuántas órdenes de prestación de servicios y por qué valor ha emitido en sus cien días, cuántas encontró de su antecesor, cuánto es el gasto del Distrito en viajes, atenciones y fiestas, en celulares, en arrendamiento de vehículos y en combustible, en arrendamiento de oficinas y colegios, cuánto nos cuesta la burocracia y tantas otras cosas que consumen los ingresos públicos.

El alcalde Vélez no es el inventor de esta deformación del ejercicio democrático de rendir cuentas al pueblo. Continúa el modelo. Y, entonces, cabe preguntarle: ¿dónde dejó el cambio que pregonó en su campaña o ese cambio era mero recurso demagógico para captar votos?

h.hernandez@hernandezypereira.com
 

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